Señores concejales de la ciudad de Madrid, mi calle es un basurero por donde pululan las ratas y toda clase de bichos cuando llega la noche, y no han hecho nada para limpiarla.
De lo que si se han preocupado es de cambiar el nombre de mi mencionada calle, Calle General Ricardos distrito de Carabanchel, pasará a llamarse calle de no se quien, ni me importa, ya que seguiré llamandola igual aunque tendré que cambiar documentos, dni, pasaporte, dirección de correo, etc., pero a Vds. ¿que les importa eso?.
Y el gasto y las molestias de hacerlo nadie me las va a reembolsar, ni a mi ni a ninguno de los vecinos que habitan la larguisima calle que une la Plaza de Marques de Vadillo con Carabanchel Alto.
No se quien era ese General Ricardos, aunque ahora han picado mi curiosidad y voy a consultarlo en la Wikipedia.
La calle General Ricardos es una calle de Carabanchel (Madrid).
La calle General Ricardos es la calle principal de Carabanchel, atraviesa el distrito de norte a sur.
El eje vial va desde el puente de Toledo entre la glorieta del Marqués de Vadillo hasta los confines de Carabanchel Bajo, hasta que se encuentra con la calle Eugenia de Montijo, y entonces cambia su nombre por el de ésta calle aunque aparentemente no da la sensación de haber cambiado de calle.
La calle General Ricardos atravesaba los antiguos barrios de las Pavas y del Tercio y Terol.
Sin embargo, hoy en día, es la frontera de cuatro de los siete barrios en los que está dividido el distrito de Carabanchel, y que son el barrio de San Isidro, el barrio de Opañel, el barrio de Vista Alegre y el barrio de Puerta Bonita.
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El General Ricardos fue un militar español que nació en Barbastro. Era hijo de militar y sobresalió, desde temprano, como oficial de caballería, en el regimiento que mandaba su padre (el de Caballería de Malta) del que, como noble, fue capitán comenzada su adolescencia. Durante la Guerra de Sucesión austriaca (1740-1748) tomó parte en las acciones de Piacenza y el río Tedone, destacando hasta el punto de suceder a su padre en el mando del regimiento, con dieciséis años de edad. Combatió en la guerra con Portugal, consiguiendo el generalato, tras lo que se dedicó a estudiar la organización militar prusiana, capacitación que le valió ser enviado por Carlos III a reorganizar el dispositivo militar de la Nueva España.
En 1768 fue miembro de la comisión para el establecimiento de los límites exactos entre España y Francia. Los méritos contraídos, así como la necesaria nobleza de sus cuatro apellidos, le valieron una encomienda de la Orden de Santiago, dignidad que le serviría de escudo contra las acechanzas inquisitoriales. Fue cofundador de la Real Sociedad Económica de Madrid y llegado a teniente general e inspector de Caballería, creó el Colegio Militar de Ocaña, en donde introdujo nuevos métodos de formación moderna para la oficialidad del Arma. Pero la Inquisición no cejó contra él y hubo de dejarlo, recibiendo modesto destino al frente del ejército enGuipúzcoa.
Cuando España declaró la guerra a la república Francesa, tras la ejecución de Luis XVI, Godoy se asesoró de él. Carlos IV lo promovió a Capitán General de Cataluña, con competencias de gobernador del Principado (1793), en cuya condición tomó el mando del ejército para invadir el Rosellón. Entre abril y septiembre ocupó Arlés, el río Tec y Bellegarde, venciendo, por sus condiciones de estratega y táctico, en Mas Deu y en la batalla de Truillás, causando allí seis mil muertos al enemigo. Su rival, Dagovert, no pudo con él, a pesar de que Ricardos, falto de apoyos, hubo de retirarse con 20.000 hombres y 106 piezas artilleras, acosado a poca distancia, sin perder hombres ni equipo y aguantando casi un mes en sus atrincheramientos (tres ataques generales y once combates) sin ceder posiciones ni piezas. Aún pudo vencer a los ejércitos de la Convención republicana en Asprés, tomando Port Vendres, Santelme y Collioure, dominando, así, toda la costa rosellonesa. Sin medios para continuar una campaña que alcanzó resonancia europea, regresa a Madrid para exigir apoyo a Godoy. Y estando en la gestión, muere en 1794. Desde ese momento, la guerra en el Pirineo oriental comienza a perderse por las armas españolas, faltas de un jefe que pudiera suplir las virtudes humanas y profesionales de Ricardos.
Condecorado con la gran cruz de la Orden de Carlos III, la más alta distinción de la Monarquía, su muerte supuso para su viuda el título de condesa de Truillás, como prueba tangible de lo que la Corona adeudaba a este distinguido servidor, cuya obra más querida, su Escuela Militar de Ocaña, no pudo continuar. Adicto al grupo de Aranda («partido aragonés») y admirador de los enciclopedistas, es un ejemplo del militar moderno del siglo XVIII español y europeo.
Puede algún concejal o la Sr. Alcaldesa decirme cual es el motivo para anular el nombre a esta calle, dedicado a un militar que muere en el año 1794 y que es considerado un heroe que lucha contra Francia y es condecorado con la orden de Carlos III.
Me pregunto, ¿sabrán algo de historia estos señores y señoras de Ahora Madrid, Podemos, o Ciudadanos?, ¿y la señora Carmena?.
Yo desde luego se poco, pero antes de tomar ciertas acciones que perjudican a decenas de miles de ciudadanos trataría de enterarme un poco más de quien es quien, y si considerara que es imprescindible tomar una acción semejante como cambiar el nombre de una calle, que No debiera hacerse pues no deja de ser historia, trataria de documentarme un poco mas.
Hace unos días retiraron una placa que recordaba los asesinatos de varios religiosos en agosto de 1936
Placa conmemorativa en memoria de los asesinados. |
¿Serian franquistas estos religiosos?. Doy por hecho que no y que ni tan siquiera supieran quien era ni los motivos por los que fueron vilmente asesinados.
el gatufo
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