Rehabilitar, rehabilitar?
Solo el cuerpo, las piernas, los brazos?
Y la mente?
La memoria?
Que dejamos para nuestros previos conocimientos sobre historia, geografia, o poesia?
Poco o muy poco en realidad.
Cuando veo a los ancianos, o no tan ancianos, hacer ejercicios en la medida que cada uno puede, poco, mucho o casi nada me pregunto a veces ¿y que pasa con sus mentes?.
¿No sería bueno hacer una terapia mental recordando algunas nociones de cultura que hace años tuvieron o tuvimos?.
Yo mismo cuando estoy con Cuca tratamos los dos de ejercitar nuestras mentes con retazos de cultura que alguna vez tuvimos y es estupendo recordar juntos algunas poesias, memorizarlas e incluso recitarlas en voz alta al unísono.
Se lo recomiendo a todos.
José de Espronceda - La canción del pirata
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LOPE DE VEGA
¿Qué tengo yo, que mi amistad procuras?
¿Qué interés se te sigue, Jesús mío,
que a mi puerta, cubierto de rocío,
pasas las noches del invierno oscuras?
¿Qué interés se te sigue, Jesús mío,
que a mi puerta, cubierto de rocío,
pasas las noches del invierno oscuras?
pues no te abrí! ¡Qué extraño desvarío,
si de mi ingratitud el hielo frío
secó las llagas de tus plantas puras!
¡Cuántas veces el ángel me decía:
«Alma, asómate ahora a la ventana,
verás con cuánto amor llamar porfía»!
¡Y cuántas, hermosura soberana,
«Mañana le abriremos», respondía,
para lo mismo responder mañana!