Cutre y ramplona en grado sumo, es lo que la cacareada Cabalgata
de los Reyes Magos en Madrid, resultó según mi criterio.
Suelo ver la retransmisión por televisión y hasta ayer siempre me había parecido un espectaculo tradicional y mágico, especialmente para los niños.
Ayer apagué la televisión pues me aburria soberanamente como poco, y es más que si hubiera seguido viéndola me hubiera puesto hasta de mal humor viendo semejante disparate carnavalesco.
Carrozas extrañas, un autobús de la época en la que yo mismo tomaba el número 27 para ir a la Glorieta de Embajadores desde Plaza de Castilla.
Unos trajes coloridos diseñados creo por una modista que siempre se ha distinguido por los colores y originalidad en el diseño moderno y a veces estrafalario según los diferentes criterios o gustos de la moda.
A mi entender no apropiados a la tradición religiosa y cultural de lo que representan Los Reyes Magos de Oriente que acudieron a honrar al niño Dios.
Verdad o no, es la tradicción española que por decenas de años se ha respetado en nuestra cultura, y ayer todos los parámetros fueron borrados de un plumazo haciendo un espectáculo carnavalesco, cutre, pobre, y sin ninguna gracia o estilo al menos para mi.
Era tan penoso que hasta Cuca, que adora la Cabalgata, había apagado también la retransmisión por no poder soportar semejante espectaculo no equiparable a lo que ha sido o se entiende debe de ser una Cabalgata de los Reyes Magos en la capital de España.
Ideas impuestas por decreto que no respetan nada y que tratan por todos los medios borrar todo lo que signifique sentido religioso, tradicional, o contrario a las ideas progres de iquierdas de las que presumen o alardean los nuevos regidores de la Villa y Corte.
¿Hasta donde quieren llegar estas gentes que han tomado el poder de la Villa?. Eso si por la voluntad de los ciudadanos que les han votado, y que en lugar de limpiar las calles basurero de la ciudad se dedican a pulverizar cualquier cosa que pueda recordar tiempos pasados o sentimientos religiosos.
Sarna con gusto no pica, es una frase que escuchaba cuando era un crio, y pienso que tenemos sarna para rato en la ciudad de Madrid, si no la tenemos también a nivel de Estado ya que la gobernabilidad de este país parece harto complicada.
No quiero imaginar lo que seria de España regida por unos señores similares a los que rigen la Capital.
Sería para salir corriendo quien pueda, que no es mi caso, y agarrarse bien los machos aguantando el chaparrón de la cutrez, el despilfarro, y lo que es peor la censura de todo aquello o aquel que no sienta o piense como ellos.
"Los personajes y el show según la prensa"
Melchor se presentó ataviado con una larga barba blanca, túnica de color azul eléctrico con motivos vegetales negros y una corona muy sencilla, un «look» que en las redes sociales algunos han comparado con el mago Merlín de las leyendas artúricas.
Pero sin duda el más polémico fue un muy juvenil Gaspar, vestido con una túnica rosa que presentaba estampados de aves de gran tamaño y otros elementos florales y vegetales al que, también en las redes sociales, le han buscado parecido con el jugador de baloncesto del Real Madrid Sergio Rodríguez.
Baltasar, con turbante fucsia con plumas de faisán a través del que sobresalían unas rastas, vestía de verde y amarillo con motivos geométricos.
La directora artística de la cabalgata es la exresponsable de artes escénicas de La Casa Encendida de Madrid Maral Kekejian, una veterana comisaria especializada en teatro infantil que contó con un presupuesto municipal de 535.540 euros, a los que hay que sumar los 200.000 que aportaron los patrocinadores.
David Fernández se ha hecho «famoso» en las redes sociales por participar en la cabalgata de los Reyes Magos de Madrid pese a «aborrecer» a sus majestades de Oriente. Una «hipocresía» –así lo definen muchos de los lectores en su blog– por la que ha cobrado dinero. «Por supuesto», presume en referencia a sus honorarios. El artista «outsider», que vive fuera de España, vuelca sobre su página personal insultos a su país de origen y alabanzas a los gobiernos de Podemos a partes iguales. «Lagrimones gordas como sopas me asolan el gepeto. Es hora de que nuestras ciudades recuperen el apetito y el gestoooooo. Joder jodeerrrr!!!!», escribía literalemente en una de sus entradas el día 24 de mayo de 2015.
Una loa a Podemos y a sus formaciones en Madrid y Barcelona que también hace extensible a Valencia y a su alcalde Joan Ribó: «Futura Santísima Trinidad y triángulo de las Bermudas en el que desaparecerán todos estos liberales de mierda y sus buques insignia de mierda también», expresa en referencia a las tres capitales y a los otros partidos políticos.
Es en el terreno del insulto donde sus entradas en el blog destacan. «Mierda de España, viva Zapata», titula en una de ellas sobre la polémica de los chistes que Guillermo Zapata escribió en Twitter antes de ser edil de Ahora Madrid. «Me avergüenzo de mi país, de nuestros medios de comunicación, de nuestra incultura», dice. «Que Zapata haya tenido que dimitir por retwitear unos chistes crueles y manidos, denota hasta que punto la dictadura de lo políticamente correcto ha secuestrado la realidad», opina.
«Pero soy racista, soy homófobo y soy machista. No lo estoy reivindicando, ni estoy orgulloso de ello: es una característica adquirida, una enfermedad; así es mi sociedad y así soy yo. Admitirlo es un primer paso para la cura. Soy un hombre blanco de clase media, nacido en la Europa libre y democrática: soy un monstruo. El humor me ha ayudado a aceptarlo, a verbalizarlo y a relacionarme con ello, en mi caso también el teatro. He aquí un chiste que contábamos siempre en mi barrio: “Cada cuanto saca la basura un ama de casa negra? Cada 9 meses”. Nos partíamos el culo», justifica.
«Mi más rotunda repulsa y condena al cabezazo que Rajoy le ha propinado en la mano a un menor en Pontevedra», frivoliza en la primera línea de un post publicado sobre la agresión al presidente del Gobierno durante la campaña electoral. «Estoy agotado con lo políticamente correcto, casi todos nos alegramos del meco a Rajoy», añade a renglón seguido. «Es como lo de la farlopa, todo dios se mete farlopa, pero mi madre no se lo cree», dice.
«La putada es que en el hostión éste, por pura empatía humana (siendo sinceros, no me gusta un pelo la violencia, me da cangüele, mal rollo y fobia) le van a caer al Rajoy de golpe y porrazo 300.000 votos, mínimo», explicó en un intento por suavizar sus palabras.
Feliz año nuevo.
el gatufo
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