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Mi mas oculto deseo fue siempre ser escritor y aprender varios idiomas. He llegado a defenderme bien en Ingles y chapurrear algo de Frances. El cine y la fotografia me fascinan. La música, de todo tipo, ha sido siempre mi relax. La amistad la valora mas que a nada en la vida.

domingo, 26 de marzo de 2017

CAOS Y CONFUSION 3º







Capitulo 5


No se dice, no se comenta, no se informa, pero las armas están ahí.

Hoy no son solo dos países los que están en posesión de ellas. Son una decena, o mas que se sepa, los que tienen el arma definitiva, "El anillo de poder" podríamos llamarlo que destruiría este planeta varias veces.
Aún hoy se teme que el fin del mundo venga de la mano del hombre, una guerra devastadora y fin, es sobre lo que se ha escrito, se ha novelado e incluso se han hecho infinidad de películas sobre ello.

Me acostumbre, igual que toda mi generación, a vivir en un mundo amenazado por la energía nuclear en todas sus formas.

Nunca imaginé llegar a esto, simplemente que las arboledas empezaran a desaparecer sin que nadie sepa el motivo.
Y el fin del mundo que conocemos podrá venir de la misma tierra que habitamos, harta de ser agredida, del envenenamiento de sus aguas, de su atmósfera, por la acción irresponsable y depredadora del ser humano. 

Si la situación no fuera desesperada tendría su moraleja.

No habrá moraleja si todo se destruye y el ser humano desaparece de este sufrido planeta.

+++++

Me despierto, en que estoy pensando, me digo. 

¿Tu niñez que tiene que ver con lo que está pasando en estos momentos?.
Nada, pienso, y vuelvo a relajarme sin darme cuenta que los recuerdos vuelven a inundar mi cabeza.

Tengo algo de frío acostado en el sillón, me levanto en busca de algo para echarme encima. Las dos mujeres están charlando, parece que se llevan bien pienso, y vuelvo a mis recuerdos.
Otra vez despierto, la realidad se impone, ¿he dormido o solo recordaba otros tiempos?.
¿Volveremos a las cartillas y el racionamiento ante la escasez que se avecina?.

Deja de elucubrar, me digo, ponte en marcha ya.


En la sala mi esposa y Gloria están cabizbajas y muy calladas.

Hola, pasa algo? pregunto.

Ha dejado de funcionar la televisión, no sintonizamos ninguna cadena, y estamos alarmadas.


No es una buena noticia, ¿que sentido tiene el que la tele deje de emitir?.

Puede ser algún fallo técnico o de mantenimiento, yo que se, no entiendo nada sobre telecomunicaciones.


De repente otra vez hay señal, aparece un conocido locutor y pide disculpas por el corte en la emisión, debido dice a problemas técnicos.


Sus palabras alivian la tensión y como bobos seguimos atentos a lo que va diciendo.


Sigo mirando la televisión sin verla, no presto atención a lo que dice el locutor, ¿problemas técnicos?, que extraño.
¿Todas las cadenas con problemas técnicos?, no me lo creo y no digo nada para no empeorar los temores de las dos mujeres.
El niño, Pedrito o Tony?, le llamaré Tony, está acurrucado contra su madre y sigue sin hablar aunque su cara ya no muestra la tensión que tenía hace unas horas.

Salgo del salón y conecto la rádio, alguna emisora habrá que diga lo que está ocurriendo, pienso, tengo suerte y así es.

Logro captar una emisora pirata donde están diciendo que el ejercito ha tomado todas las cadenas de televisión y radio, desean controlar lo que se emite para que la gente no se alarme mas de lo que ya está.
La consigna es "que no cunda el pánico" con noticias adversas.
No son conscientes de que cercenando la información la gente se alarma mucho más.
Ya hay altercados y manifestaciones en varias ciudades europeas.

En París y Londres se han reprimido con dureza manifestaciones multitudinarias y hay cientos de detenidos y varias víctimas mortales.
La gente quiere saber que está pasando y que medidas está tomando su gobierno para enfrentar el problema.
Nada mas fácil que pedir medidas para atajar el problema, pero ¿cuales?. No se me ocurren, yo soy un jubilado de 65 años que a duras penas puedo cuidar de mi esposa y llevar mi casa, que voy a saber de atajar problemas de esa índole global si ni tan siquiera puedo solventar los míos propios.


Me prejubilé de mi trabajo en un banco con 52 años. A los tres años de prejubilarme y creerme libre de tareas le diagnosticaron a Maria "esclerosis múltiple" con lo que tomé las riendas de la casa y comencé a cuidarla.


Previamente ella había cuidado de mi y de mis tres hijas. Lo había hecho con amor y dedicación total. 

La deuda de amor con ella era enorme, impagable, además, ¿quien iba a cuidar de ella mejor que yo?. Creo que nadie, y ella solo aceptaba que fuera yo quien se hiciera cargo de ella misma y de la casa.

Mis hijas ya no estaban con nosotros, tenían su propia vida, y María no deseaba involucrarlas en absoluto en nuestros propios problemas.


Retomo la realidad de lo que sucede y dejo de pensar en mis asuntos que no le interesan a nadie.


No se que hacer, ¿salgo a comprar más pilas?, serán necesarias si se va la luz, y también velas, cerillas, e incluso algún hornillo de alcohol o gas para hacer la comida si no puedo usar la cocina.


Es necesario hacer una lista con lo mas necesario para permanecer y aguantar en la casa el mayor tiempo posible.


Medicinas también, tengo que pasar por la farmacia antes de que se les ocurra controlar los medicamentos.


María no toma casi nada, un medicamento que le alivia sus dolores, es un antidepresivo "fluoxetina" pero tengo que tener receta del doctor.

¿La pedirán ahora con esta situación?, espero que no, aunque tengo otra caja para pasar casi treinta días.
En mi caso necesito análgesicos, ¿quien no?, alcohol, algún desifectante,  piensa piensa, me digo.

Haz una lista cuanto antes de todo lo necesario y sal a la calle antes de que sea demasiado tarde.


Tengo que calmarme y pensar con frialdad. ¿Y el niño?, ¿que necesitará un crío de esa edad?. No recuerdo su edad si es que me lo dijo su madre, aparenta seis años, pero no lo se, tendré que preguntarle a Gloria, ella me dirá lo que el pobre precise.


¿Algún calmante?. Pero un crío pequeño como el no toma calmantes, estúpido me digo, piensa, piensa y no pierdas tu la cabeza, a ver si los calmantes los vas a necesitar tu mísmo.


No sería raro, hace dos años tuve una depresión espantosa, pensaba que no saldría de ella.

Salí, sigo tomando la medicación que toma Maria, el genérico "fluoxetina" que hace años se comercializó con la marca "Prozac", incluso se escribieron libros sobre ello.

A quien le importa eso ahora, emiliano, vuelve en tí y déjate de historias.


Capitulo 6


Han pasado varios días desde que salí por última vez a la calle. 
No he tenido necesidad extrema de abandonar la casa para buscar algo que necesitemos, y dudo que pudiera encontrar ya nada de lo necesario.

Tenemos comida para casi un mes si la administramos. He congelado algunos platos vegetales por el tema de las vitaminas y no se si congelando verduras la vitamina C u otras seguirán en ellas.


No hay carencia aparente de esta vitamina en nosotros y quizá pronto aparecerán los síntomas de esa carencia. 

No tenemos fruta, ni productos frescos y posiblemente pronto empezaran problemas en las encías y otros síntomas indeseables que acompañan a la falta de vitamina C.

La última compra que hice fue un grupo electrógeno y combustible que raciono al máximo para suplir los cortes de electricidad cada vez mas numerosos.
Cuando se va la luz nos quedamos totalmente desorientados, pongo el grupo para el frigorífico procurando que no se pierdan los congelados, pocos ya, y para hervir agua o cocinar algún alimento para el pequeño Pedro.


Ya empieza a decir algo, le habla a su madre y a Gatufo, mi esposa y yo de momento no entramos en su mundo de silencio.


Hay peleas y homicidios en las calles. La autoridad ha desaparecido prácticamente, los agentes de policía y Guardia Civil han ido dimitiendo hartos y sin aliciente para reprimir y conservar el orden. 

¿Con que fin se preguntarían muchos si no hay de nada?. ¿Reprimir, disparar, contener a las gentes que hartas y sin esperanza salen a buscarse la vida?. No, se habrán dicho, además para que nos sirven los sueldos si no hay donde gastarlos.

No se acude a trabajar, las basuras y desperdicios inundan las calles con lo que el ambiente es irrespirable. Las ratas y alimañas de todo tipo pululan por doquier con lo que se hace muy difícil caminar sin ser agredido por ellas.

Nadie se fía de nadie, todos somos potenciales enemigos en las calles y quien tenía un arma la lleva consigo para defenderse o para agredir y robar a quien se descuide o se ponga a tiro.

Doy por hecho que algunos acuden todavía a sus trabajos esenciales, hay luz de vez en cuando, el agua sigue fluyendo del grifo a ciertas horas, incluso la televisión hay momentos que funciona para poner programas atrasados o dar algún comunicado.


También se dan noticias locales mayormente y se recomienda calma, que no se salga si no es estrictamente necesario, y también ruegan una y otra vez que no se participe en ningún tipo de protesta o manifestación pues ya no garantizan los derechos individuales de nadie.

Comienza a ser el ejército el único que patrulla las calles y no se andan con miramientos. Cuando hay alborotos o agresiones, simplemente disparan y van recogiendo y amontonando los muertos nadie sabe donde.


Muchísima gente ha abandonado la ciudad de Madrid, han salido de sus casas rumbo al norte esperando llegar a algún lugar donde impere el orden y sobre todo donde no hayan desaparecido por completo los árboles.


En los grandes macizos montañosos de Europa, en el Norte, en Canadá o Rusia persisten zonas boscosas donde no se ha derrumbado por completo toda la floresta arbórea y la vida tiene cierta normalidad.


Esas zonas están fuertemente custodiadas, no permiten la entrada de extraños que invadan sus tierras y no se que hará todo aquel que ha abandonado su casa, su ciudad o incluso su nación aspirando a ocupar un lugar a salvo de la hecatombe. 


Cuanto más escucho la radio y mas noticias como estas llegan a mi conocimiento, mayor es mi desánimo.


No veo una solución a este desastre ni tampoco podemos abandonar la casa. 

¿Que hacer?, me pregunto una y otra vez, aunque no deseo traslucir o llevar mis inquietudes a mi esposa, Gloria o el crío.

Lo que tenga que suceder sucederá, ¿para que inquietarles o meterles el miedo en el cuerpo?. No le veo objeto, así que callo y disimulo.


A Gatufo no puedo llevarle el desaliento, aunque el pobre minino está triste cuando a mi me percibe triste y preocupado.

Nada de lo relativo a mi o a la situación le pasa desapercibido a mi gato, y el no está tan juguetón como acostumbraba antes.
Salgo de mi ensimismamiento, me están llamado y no será la primera vez.

Cuca, (apodo cariñoso) me dice que van a dar un comunicado oficial en diez minutos, han dicho que se ruega estén muy atentos y se sirvan difundir el comunicado a familiares, amigos, o vecinos, es muy importante que se tenga en cuenta.


Me temo lo peor, y confirmo mis sospechas cuando aparece el presidente flanqueado por los jefes militares y de la policía.

Se dirige a los españoles en una breve locución y nos comunica que de acuerdo con el gabinete de urgencia constituido en Bruselas, para toda la Unión Europea, a partir de mañana queda establecido "el toque de queda" para todos los territorios de la Unión.
Estará vigente desde las doce de la noche hasta las seis de la madrugada, solo las personas que deban trabajar por la noche o cumplir cometidos necesarios tendrán un pase especial para circular y deberán pedirlo hoy en sus empresas u organismos oficiales.
Se hace por el bien de todos, añade, y ante lo extraordinario de la situación, algunos de los derechos constituyentes de los ciudadanos quedan en suspenso hasta que tengamos pleno control de lo que está sucediendo.

El anuncio va crear el pánico que aún no estaba desatado. Mis proyectos de surtirme de lo más necesario para sobrevivir se hacen más difíciles. Hoy mismo tengo que salir si quiero traer algo de lo necesario. 


Salgo ya, le digo a Cuca y Gloria, voy a comprar algunas cosas antes de que se acaben.

Agarro mis tarjetas del banco, un puñado de billetes, mi bandolera, ¿y un arma, pienso?. No de momento, no seas exagerado, además que arma, ¿un cuchillo?
No tienes otra cosa y eres incapaz de usarlo. 
¿Te has vuelto ya loco?. 
Desisto, y salgo rápido sin esperar el ascensor que siempre se demora o me puede dejar atrapado.

La gente está saliendo de sus casas, quieren acaparar lo que sea antes de que se agote, han pensado lo mismo que yo y ya nadie atenderá a razones.


No hay nadie en los cajeros de los bancos de la zona, los cajeros no suministran ningún dinero y algunos están rotos.

Tengo que apañarme con el efectivo si es que encuentro algo que comprar.

Tumultos en todos y cada uno de los supermercados controlados por el ejército. Ya nadie hace fila y todos desean entrar a la vez, agarrando lo que puedan y sin pagar, no hay tiempo ni empleados.

Se escuchan disparos, al aire espero, y en vista del panorama me dirijo a alguna de las farmacias que me pillan cercanas.

Dos, tres, cerradas a cal y canto. 
Por fin veo una que tiene luz y algunas personas esperan fuera.
No hay tumulto como en los supermecados, pregunto y me dicen que si, despachan incluso sin receta.

Cuando estoy frente al mostrador pido todo lo que se me ocurre, el joven que me atiende me dice que solo un envase de cada medicamento por persona. No más, sea usted solidario, me comenta.

O.K., joven, pero es un tratamiento crónico continuado. Necesito al menos dos o tres cajas de "fluoxetina", y también de anti inflamatorios, le digo que mi esposa padece "esclerosis múltiple", está bien señor, pero no abuse.
Me da tres envases de fluoxetina, dos de los anti inflamatorios, alcohol, agua oxigenada, vendas, dos o tres de  analgésicos, y nada más, es suficiente
comenta.
Pago lo que me pide sin pensarlo y salgo rápido no sea que se arrepienta. 
Se ha corrido la voz y empiezan a aglomerarse un gran número de personas en la puerta.
Menos mal, pienso, he llegado a tiempo gracias a Dios.

Ahora a buscar una ferretería o una tienda de todo a un euro. 

Estás últimas están en manos de la comunidad China. Confío en que alguna esté abierta y queden existencias.

Voy peregrinando de una tienda a otra, todas están sin existencias y algunas incluso saqueadas, hago memoria y recuerdo una pequeña situada en un pasadizo muy poco transitado.

Está abierta, e inmediatamente entro y voy rápidamente agarrando todo lo que pillo. 
No quedan demasiados artículos, pero tomo una linterna, varios envases de pilas, alguna herramienta, clavos grandes y un gran martillo, cerillas, velas, envases desechables, bolsas de basura, y en fin un gran stock de todo lo que se me ocurre según lo veo en los estantes medio vacíos ya. 
Compro una gran bolsa de lona e introduzco todo lo comprado en ella.
He comprado también un hacha y un machete, no quedaban nada más que dos, sin pensarlo me apodero de ellos y los llevo colgados de mi cinturón cuando salgo de la tienda. A penas queda nada, varios compradores estaban haciendo lo que yo, llevándose todo prácticamente.

A buen paso y alerta me dirijo otra vez hacia mi casa.


Están llamando a la puerta, no se si ir a ver quien es, no espero a nadie y no tengo el ánimo para visitas.
Insisten con más fuerza y escucho que me llaman, Emiliano abre, somos nosotros. Abre por favor, y vuelven a llamar con los nudillos.

Abro de inmediato, son amigos no esperados, viven encima de nosotros y no sabía que estaban aquí.


Gatufo no se ha escondido, tendría que haberme dado cuenta de que les conoce.


Fidel, Maria, como estaís?, pasad, pasad rápido, no me gusta tener la puerta abierta. Menos ahora.


Pensaba que no estabais aquí, que ha pasado?, no estabais en la playa?


No me contestan, si me preguntan.


¿Que está ocurriendo Emiliano?, ¿tienes idea?. Estabámos en casa de mi hija, regresamos antes pues Mary no se encontraba bién.

Presagiaba algo, ya sabes que es medio bruja.

No se que deciros, nos hemos quedado sin árboles, una extraña enfermedad o un virus que nadie conoce ha hecho que se vayan desplomando en un corto espacio de tiempo. No queda ni uno, y no se que ocurrirá.

El mal es a nivel global, y no hay prevista ninguna alternativa a la catástrofe.

¿Y las consecuencias, cuales pueden ser Emiliano?, me pregunta Mary.


Imagino que malas, muy malas en realidad.

Desde que el mundo es habitable, los árboles han estado ahí, con toda clase de animales necesitados de ellos.
Ahora se van, se derrumban y mueren, puede ser el anuncio de una tierra no habitable para ningún ser vivo, con lo que la caida de la florestas podría ser el primer paso parra erradicar la vida animal.

Optimista no eres que digamos, me contesta otra vez ella, tampoco va a ser así de negro, estoy segura de que alguna solución habrá.


Ojala tengas razón querida, pero sin vegetación no hay vida, no hay lluvia, no hay agua, no hay comida, todo acabará en un periodo corto de tiempo.

Es mi opinión, absolutamente pesimista y sin mucho criterio, pero creo que a este mundo que conocimos le queda ya muy poco.

Y nuestros nietos, que pasará con ellos?, ahora es el quien me pregunta.


No lo se Fidel, ya sabéis que nosotros no tenemos nietos, nuestras hijas no han querido ser madres. 

En estos momentos me alegro, y es que no veo futuro para ellos en una tierra tan agostada como esta.

Vale Emilliano, no sigas, tus palabras me producen escalofríos y prefiero no pensar en nada de lo que estas sugiriendo. 


Mejor así, vamos al salón que os tengo que presentar a una amiga y su hijito. 


Estoy sudando a chorros, no es lógico ya que esta acabando Septiembre, pero pareciera que el verano comienza de nuevo, día que pasa hace mucho mas calor.


La idea me viene de inmediato, ¿será que la ausencia de árboles eleva la temperatura del planeta?, y si es así, ¿hasta que grados se irán elevando las temperaturas?.


Otro problema mas en el que pensar.







el gatufo

EL FINAL CONTINUA 2ª





Mi absoluta consideración y  pesame para compañeros y familia del guardia
 desarmado vilmente asesinado justo aqui donde yo estoy.
.



Capitulo 3


Estoy en la calle, fuera del supermercado, mi cabeza bulle de proyectos a realizar una vez que he salido de casa.
Dudo de ir a guardar las provisiones y volver a salir, opto por esta opción como la mas segura y casi corriendo llego hasta mi calle.
Subo, abro la puerta y escucho la voz de mi esposa que me saluda con alegría, siempre lo hace, voy a verla y está bien, me confirma. Le explico que debo volver a salir y tratar de encontrar a un amigo que me puede prestar un aparato de onda corta. 
El los ha coleccionado y es seguro que alguno me dejará.



Internet está muerto, no hay linea y solo se reactiva a momentos sin que sea posible usar el navegador de forma estable.
Lo mismo ha sucedido con las llamadas "redes sociales" o comunicaciones internacionales.
No funcionan, Facebook or Twiter, han desaparecido y así ninguna de las antiguas redes mas modestas. Tampoco funciona el mail, ni google, todo ha pasado a la historia.
La cobertura del móvil va y viene y solo permite llamadas locales o nacionales. 
Difícilmente puedes hablar mas de dos minutos pues se corta y te deja a medias.
El gobierno administra las lineas telefónicas igual que hacen con las provisiones.
Necesito una radio de onda corta para estar informado de lo que ocurre ahí fuera.
Beso a mi esposa y vuelvo a salir a la calle. 
He llamado a mi amigo y me espera en su casa, así que me dirijo rápidamente hacia la zona del centro, Atocha, que es donde el vive.
Tendré oportunidad de observar que ocurre en otras barrios de Madrid.
Imposible pillar un taxi pues casi no circulan, y los pocos que hay están muy solicitados.
Tienen que dar rodeos constantemente para evitar los árboles caídos y la circulación se hace casi imposible, además la gente prefiere guardar el combustible por si se acaba o lo racionan más todavía.

Han retomado la bicicleta como un preciado bien para desplazarse por la ciudad evitando obstáculos y buscando vías alternativas que nunca tuvieran árboles o grandes matorrales.
Camino deprisa, me voy fijando en todo lo que me rodea y procuro no deprimirme ante la vista de las pobres gentes que deambulan sin sentido.
Lo peor son los ancianos que parecen absolutamente desconcertados y perdidos.



Los grupos son disueltos de inmediato por la policía o el ejercito, no más de cuatro, "circulen por favor", es la frase que se repite una y otra vez.
En silencio, desganados, se disuelven los grupos y nadie sabe hacia donde se dirigen, van sorteando árboles caídos, coches aplastados, y montones enormes de basura que a duras penas se recoge.
Mi amigo me ha comentado que tiene mucho que contarme, pero no por teléfono pues es seguro que están intervenidos, además se corta de inmediato la comunicación transcurridos dos o tres minutos.
Estoy deseando llegar y escuchar lo que tenga que decirme. 
El ha preparado un buen aparato para mi y me asegura que podré escuchar emisoras del extranjero con noticias de lo que está sucediendo en otros países fuera de Europa.
La impaciencia me consume, difícil estar sin Internet, he vivido conectado los últimos diez años y ahora tendré que acostumbrarme al aislamiento total si todo esto continua.

Como habrán cortado la web y por que?, me pregunto constantemente. 
Desean suprimir los comunicados entre personas evitando asambleas, noticias, conflictos según ellos y las restricciones propias de un estado policial vuelven a estar en auge?.
Todo el panorama es muy desalentador y me demuestra que a la más mínima amenaza lo peor de esta sociedad tecnológica sale a relucir.

Una mujer joven con un pequeño de la mano se acerca a mi, viene desencajada con el terror reflejado en su cara, señor me dice, ¿sabe Vd. lo que está pasando?, más o menos señora, le digo.
¿Y que es?.

Ojala lo supiera señora, pero lo único que es evidente es que los árboles y matorrales se están derrumbando por todos los sitios, han bloqueado las comunicaciones en toda Europa, no circulan trenes, ni camiones, solo por el aire es posible el transporte, y lo peor es que se está acabando el combustible.
A grandes rasgos es lo que está sucediendo, creo, pero conviene no alarmarse pues parece que los gobiernos Europeos han tomado el control y como verá los soldados, la guardia civil y la policía, están en las calles.

¿Y que voy a hacer yo?, se lamenta ella, no tengo a donde ir.
¿Como es que no tienes a donde ir?, acaso vivías en la calle con tu pequeño?.
No señor, tenía una casa chalet que me dejaron mis padres, trabajo dentro de la casa pues era modista-diseñadora, pero todo ha quedado destruido cuando dos grandes arboles que había en el pequeño jardín se han venido abajo.
Comenzó un incendio en mi casa y tuvimos que salir mi hijo y yo con lo puesto, sin nada, llevamos casi una semana en la calle comiendo de las basuras y nadie se hace responsable de nada.

El aspecto que tiene la muchacha y su hijo es lamentable, sucios, hambrientos, aterrorizados y muertos de frió.
Por las noches ya refresca y si han dormido a la intemperie será milagro que no hayan cogido una pulmonía.
Venid conmigo les digo sin pensar, voy aquí cerca a casa de un amigo a recoger una cosa y luego voy hacia mi casa. De momento hasta que las cosas se soluciones podréis estar con nosotros, mi esposa, Gagufo y yo.
Pero señor, no se que decir, será mucha molestía para ustedes.

No me llames de usted, por favor, llámame Emiliano que es mi nombre.

Y el tuyo y el del pequeño cuales son?
Yo soy Glória, y mi hijo es Pedrito.
Encantado Gloria, es un placer conocerte Pedro, cuantos años tiene?
Ha cumplido cuatro, pero desde que se quemó la casa no habla. No dice nada, solo se agarra fuertemente a mí y solloza.

Mi amigo  está esperando fuera, pegado a su portal, se adelanta en cuanto me ve poniendo una cara de suma extrañeza.
No se atreve a preguntar nada, aunque enseguida le presento a Gloria y al pequeño, le explico en pocas palabras lo que les ha sucedido.

Enseguida nos dice que entremos y abre camino hasta su casa, entramos, Gloria y el niño se les ve ostensiblemente cansados.


Dentro de su casa hace sentar a Gloria y al pequeño, les saca unos refrescos y algo para picar. Mejor si tienes un par de bocadillos, le comento, están hambrientos.

Cuando están servidos, Juan pone una música suave y me lleva a su dormitorio.
Sigilosamente me comenta lo que el sabe escuchando la radio por onda corta. 
Habla Ingles y Francés con soltura y entiende lo que se habla fuera del continente en emisoras de medio mundo.

La situación es muy mala en todos los lugares a los que he podido acceder por la radio. 

El desastre es general, y en los países del norte donde los bosques eran la tónica del paisaje no queda casi ninguno en pié.
Es tal el caos, sigue,  que por carretera o ferrocarril no se llega a ningún sitio. Se comunican por aire o por barco, pero se les acaba el combustible y no saben que hacer.

Si quieren despejar carreteras acaban con las reservas y nadie garantiza que puedan restablecer las vías vitales para suministrar el combustible desde las refinerías. Tampoco que se puedan traer los alimentos desde los almacenes, las cosechadoras no pueden recoger nada ni sembrar, todo está impracticable.


El continua contándome lo que ha escuchado, y sigue, se van a reunir los expertos a nivel mundial en lugar no revelado, su mayor temor es que la atmósfera se vaya deteriorando y llegue un momento en que no se pueda respirar.

Hablan de sacrificar casi todo el ganado vivo pues consume demasiado oxigeno, necesario para los seres humanos, y entonces nos quedaremos sin carne, lo que tampoco es una solución viable.
¿Que hacer entonces, esperar? y que al final se acabe todo?. No parece tampoco acertado, pero quien decide lo que es viable o no, sin saber si lo que ocurre y cual es el motivo.

Lo escucharás por ti mismo, me dice, en el aparato de onda corta que te he preparado.


¿Y con esos dos pobres que has traído, que vas a hacer?.

Me los llevo a casa, no puedo dejarles otra vez en la calle, es superior a mi conciencia hacer semejante cosa.
Ya lo he decidido.

Vale tío, lo que tu digas, pero te metes en un gran conflicto. Ya sabrás que racionan la comida, y dentro de poco racionaran otras muchas cosas de las que no tenemos idea.
Vale, Juan, dentro de poco ya veré lo que hago, ahora se vienen conmigo a casa.
Toma, el aparato de onda corta, cuídalo y que tengas mucha suerte.

Gracias Juan, eres un amigo, lo cuidaré y ya me voy. 
No deseo que acaben con tu despensa, están hambrientos.

Poco después abandonamos la casa, Gloria y su hijo se han lavado a conciencia, han cepillado sus ropas, y sus caras ya no están tan pálidas. El color ha vuelto a sus mejillas.


A buen paso no encaminamos hacia casa, tenemos hora y media de camino y no deseo preocupar más a mi esposa.


Tenemos que llevar al niño por turnos, el pobre ya no puede más y no hay forma de llegar si no es a pié.


El pequeño maletín donde llevo la radio va prácticamente soldado a mi mano. No dejaría que se lo llevaran si no es arrastrándome a mi con el, confío en que no sea así.

Deseo como nunca llegar y estar al lado de Maria, y mi gato, que seguro esperan ya con verdadera angustia.

Caminamos, caminamos, sin parar. Yo voy delante señalando el camino y procuro no andar demasiado deprisa para Gloria cuando lleva a su hijo encima.

Me sorprende la fuerza que ella tiene cuando se trata de llevar a su hijo.
A mi me pesa mucho, supongo que a ella le tiene que pesar mucho más, pero no se queja, se lo tengo que casi arrancar de los brazos para sustituirla con el peso del pobre crío.
De vez en cuando le ponemos en el suelo y el niño camina durante un rato sin abrir la boca. No dice nada, permanece mudo pase lo que pase.

Casi llegando a mi calle presenciamos un hecho horrible. 

Hay un grupo de gente que mira fijamente hacia el suelo, la policía les mantiene apartados de lo que parecen dos muñecos desvencijados sobre el pavimento. 

Me fijo mejor según nos acercamos y veo con espanto que son dos ancianos espachurrados contra el suelo. Según comentan se han arrojado desde uno de los balcones agarrados de la mano, y ahí están como marionetas rotas, rodeadas de rojo intenso por todos los sitios.
No miréis le digo a Gloria demasiado tarde, ella está desencajada y tapa la cara de su hijo.


Capiulo 4


Vamos Gloria, tenemos que seguir, ya nos falta muy poco para llegar.

Es horrible, ¿como pueden haberlo hecho?.


No podría decirte, hay que estar en la piel de quien se quita la vida para saber lo que siente y la desesperación que puede tener esa persona.

Estos ancianos debían estar muy asustados, sin recursos, sin esperanza igual que otros, y han optado por dejar de sufrir.
Un salto, no sabemos si dolor, y todo ha terminado en un instante, yo no puedo opinar ni valoro la decisión que han tomado.

Vamos, por favor, rápido todo lo que puedas estamos casi llegando a mi casa. 

Yo llevo a tu hijo, no creo que haya visto nada y es difícil que lo entienda si los ha visto ahí caídos, no creo que esté mas traumatizado el pobre de lo que ya lo está.
Entramos en mi portal, y enseguida abro la puerta de la casa, la voz de mi esposa me da la bienvenida como siempre hace cuando llego. Así yo se que está bien, que todo sigue como lo dejé, y antes de verla ya me voy tranquilizando.
Traigo compañía, le digo tras saludarla, ahora verás a una chica joven y a su hijo.

Creo que a mi esposa ya nada le sorprende respecto a mi, que me presente con una persona extraña y su hijo no es novedad, pero creo que cuando sepa que se queda con nosotros si que se va ha extrañar.


Entramos en la sala, y presento a Maria, el niño y a su madre.

Se saludan, se miran, y Gloria le pide disculpas por estar en la casa, le dice que he insistido en que me acompañaran.
Gatufo, como hace siempre ante extraños, ha desaparecido.
Se caen bien las dos, lo noto de inmediato, no van a tener problemas y cuando empiezo a contarle a mi esposa lo que ha pasado la joven y su hijo, la cara de ella va cambiando y una mirada de ternura y compasión se extiende de inmediato por sus facciones.
Por supuesto que os quedáis con nosotros, tenemos sitio y si no lo hubiera se hace, con sus palabras queda zanjada la cuestión y yo les digo que me disculpen. Tengo que dejaros pues voy a poner la radio que Juan me ha dejado.
Salgo y las dejo a solas, el niño sigue pegado a su madre y no dice nada, ni tan siquiera cuando Maria le sonríe y le dice que vaya a su lado.

Me cuesta sintonizar una emisora que se escuche bien, por fin lo consigo y hay una buena señal, me acuerdo de mi amigo y le doy las gracias mentalmente.

Retransmiten en Inglés, americano seguro, se identifican como La Voz de América, y si, son ellos. Por Internet les he escuchado muchas veces.

No es una clase didáctica, dan noticias, tremendas y desalentadoras noticias.
Un locutor comenta que "todo está empeorando" pues hay países que han agotado sus recursos y nadie puede ayudarles.
Menciona regiones del sur de Asia, con cientos de millones de habitantes que han consumido todas sus reservas y donde la población está muriendo de hambre y sed por decenas de miles.
Otras muchas zonas del planeta están igual, han agotado sus recursos y no hay esperanza de que puedan ser auxiliados.
Europa, Estados Unidos, y los otros países del primer mundo no desean agotar el combustible de sus aviones ni enviar comida que puedan necesitar sus ciudadanos.

Ha llovido muy poco tras la caída de miles de millones de árboles y se teme que el ciclo del agua se interrumpa, dicen los expertos. Si esto llegara a suceder podemos darnos por extinguidos en un corto periodo de tiempo.

El panorama que pinta esta gente no puede ser peor, me digo a mi mismo, no me extraña que cierren las comunicaciones pues aceleradamente todo iría empeorando y las gentes huirían despavoridas buscando nadie sabe el que.

Habría motines, linchamientos, asesinatos, gentes despiadadas tratando de acaparar lo que pudieran.
Ni la guardia civil, ni el ejercito, contendría la oleada de
gentes al borde de la desesperación.

Apago el aparato de onda corta después de casi una hora de escuchar este tipo de noticias. 

Estamos en casa, me siento muy cansado, me reclino en el sillón y mi mente comienza a vagar al borde del sueño.
Mis ojos no acaban de cerrarse, los pensamientos de lo que ha sido mi vida hasta ahora se agolpan en un instante.
Recuerdo que en mi juventud estábamos siempre al borde del desastre nuclear.
Rusos y Americanos estaban en posesión de misiles balísticos, infinidad de ellos, cargados con cabezas nucleares capaces de destruir la tierra decenas de veces.
La idea era y es terrorífica aunque no podemos imaginar un suicidio masivo de esa índole para la raza humana.


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Las fotos que ilustran esta breve historia apocaliptica, tomadas por emiliano hace dos años, son un homenaje para las victimas y sus familias de este absurdo y cruel antentado en Londres, Westminster, que ha causado tanto dolor en todos nosotros y en especial a las familias y amigos de los asesinados.
Todos los amantes de la paz y de esta ciudad única por su belleza, sinónimo de Democracia, nos sentimos unidos a los Londinenses en su dolor.
Yo en especial me siento unido a los guardias desarmados que custodian las puertas del Parlamento, amables, cordiales, figuras inseparables de ese vetusto símbolo que con suma cortesía se prestaron a posar conmigo y a que les tomaran una foto con emiliano cuando estuvo allí admirando el Parlamento.
Gracias amigos siempre os voy a recordar  en especial a  Keith Palmer, heroe asesinado que entregó su vida tratando de ser obstaculo para el agresor.
Mis oraciones van siempre para el su familia y las otras víctimas de la sinrazón.


emiliano


el gatufo

PRINCIPIO DEL FIN 1º



Frente al Parlamento sobre el Puente de Westminster


Las fotos que ilustran esta breve historia apocaliptica, tomadas por emiliano hace dos años, son un homenaje para las victimas y sus familias de este absurdo y cruel antentado en Londres, Westminster, que ha causado tanto dolor en todos nosotros y en especial a las familias y amigos de los asesinados.
Todos los amantes de la paz y de esta ciudad única por su belleza, sinónimo de Democracia, nos sentimos unidos a los Londinenses en su dolor.
Yo en especial me siento unido a los guardias desarmados que custodian las puertas del Parlamento, amables, cordiales, figuras inseparables de ese vetusto símbolo que con suma cortesía se prestaron a posar conmigo y a que les tomaran una foto con emiliano cuando estuvo allí admirando el Parlamento.
Gracias amigos siempre os voy a recordar  en especial a  Keith Palmer, heroe asesinado que entregó su vida tratando de ser obstaculo para el agresor.
Mis oraciones van siempre para el su familia y las otras víctimas de la sinrazón.

emiliano

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Primer capitulo.

Siguen cayéndo las ramas de árboles centenarios o jóvenes, matando gente que pasea por debajo de ellos, e incluso han comenzado a caer árboles enteros de repente, sin ninguna explicación a este fenómeno tan inquietante e insolito.
Nadie sabe la razón, sin motivo aparente se derrumban como si de un infarto se tratara, pero los arboles no tienen corazón, o si lo tienen a su manera?.
Enormes pinos caen sin cesar aquí, allá, y el estruendo es continuo, sobrecoge, que está pasando se preguntan las gentes que presencian estos hechos tremendos de una Naturaleza que se destruye a si misma.


Es el preludio de lo que está por venir?. Será que nuestro mundo acabará así, primero caen los árboles, unos pocos aquí otros allá y cada día que pasa se extiende la pandemia que consume el entorno arbóreo dejando a los seres necesitados de oxigeno sin aire purificador en su pulmones.

Algunos profetas del horror pronostican ya el fin de la raza humana, y claman por que nos arrepintamos de nuestros pecados.
Lo de siempre, pensamos los escepticos entre los que me cuento, siempre sucede algo parecido cuando hechos inexplicables asolan alguna parte de nuestro mundo. 

En las ciudades y pueblos los alcaldes no saben que hacer, tratan de tranquilizar a sus vecinos diciendo que han revisado los caídos y están aparentemente sanos, lo que resulta todavía mucho mas inquietante.

Sanos? pregunta todo el mundo, como van a estar sanos si se caen fulminados al suelo y matan a todo el que pillan debajo.
Ovejas, vacas, personas, gallinas, todo es aplastado bajo su peso.
Ya nadie puede evitar mirar hacia arriba cuando está debajo de los árboles, caerán encima de mi?, nos preguntamos todos.

No suelo salir de casa con frecuencia y los dos árboles que tenía frente al mirador los talaron hace dos años, me causo pena ver como los serraban y dejaban el tocón en tierra.

Hoy casi me alegro de no verlos, temería que cayeran contra los cristales y produjeran un estropicio.
Mejor así, esperar, no salir, alguna explicación habrá me digo a mi mismo.

La esperamos en vano pues no la tienen y no pueden darla, y el fenómeno de los árboles que caen se va extendiendo fuera de las ciudades, se propaga al campo, a otros paises y el terror ante semejante tragedia global e inexplicable comienza a cundir por todas las regiones del planeta.

Esta masacre arborea nos estará avisando una catástrofe cercana en la que la tierra protesta por la intrusión humana antinatural?. 
El hacinamiento en las ciudades, la aniquilación de millones de plantas por el asfalto inhumano y antinatural de autopistas, carreteras y masivas poblaciones con calles que ya no respetan la tierra ni a los animales, e incluso se elimina el césped natural sustituyéndolo por una masa informe verde que imita lo inimitable de la naturaleza.
Alarma generalizada es lo que se está produciendo ante la falta de una explicación razonable.

No es natural, será una enfermedad que ataca a toda la floresta del planeta y está diezmando la masa forestal?, es la pregunta que se hace en los medios, tertulias, e incluso en las familias. 


Como pueden caer árboles centenarios dejando sus raíces al descubierto, la tierra levantada y el pavor de todo aquel que lo ve o lo escucha por los grandes estruendos del derrumbe inexplicable para las gentes del campo y la ciudad.


Que se anuncia con estos hechos?.


Tratan de tranquilizarnos diciendo que parará, que es transitorio, no se tiene constancia de un hecho semejante y ante la falta de criterio o pruebas científicas que avalen la teoría de una enfermedad arbórea la gente especula, los medios especulan, y el terror se extiende como una gran mancha de aceite que va anegando la tierra según van cayendo gigantes centenarios que nada les había afectado antes.


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Hay quien anuncia el fin del mundo y proclama que nos preparemos para el desastre total, la extinción de vida en la Tierra.

Inventan frases inexistentes de las escrituras, y nos van saliendo profetas en cualquier sitio.

"Vendrán males que asolarán la tierra" y 

el Armagedón anunciado en la Biblia es lo que nos viene a todas las mentes.

Constantemente se escuchan teorías o amenazas de como va a evolucionar esta catástrofe natural. Nos piden que imaginemos a los arboles cayendo porque ya no encuentran el ambiente adecuado para su desarrollo. Caerán sin parar, primero en una zona del mundo, como ya sucede, luego en todos los otros lugares, no hay región o país que se libre y finalmente no quedará un solo árbol en el todo el globo terráqueo.

La vida de los seres que necesitan esos árboles se irá extinguiendo con ellos.

Nosotros mismos necesitamos los árboles para purificar la atmósfera, para respirar, y se preguntan los expertos de turno: ¿cuanto duraría el oxigeno necesario para millones de seres que habitan este planeta?. 


Imposible de concebir una vida para los pájaros, ardillas, seres humanos y toda clase de animales que necesitan la masa forestal para sobrevivir, para respirar, para cubrirse de los implacables rayos del sol, para que llueva, para que las aguas se vayan regenerando.


Quién quedaría en el mundo? Difícil imaginarlo.

Sin lluvias, sin plantas, sin animales, cuanto tiempo tendría que pasar para que la desolación absoluta y total se adueñara de toda la tierra.

Poco en realidad, muy poco, y los que fueran sobreviviendo devorarían a los suyos propios al no tener que comer.

Los pantanos se irían secando, los ríos dejarían de fluir, y la sed ardiente se haría implacable.
Finalmente la muerte para casi todos los seres vivos que dependen de la floresta, la lluvia, el agua, y el oxígeno.

Posiblemente las cucarachas, u otros insectos podrían sobrevivir?

Quien lo sabe, aunque es probable que estos seres también necesiten de los árboles para devorar sus hojas, poner sus huevos, huir del frio o el calor extremo, y sobre todo respirar.

Que otra alternativa buscarían para sobrevivir y ser los únicos seres vivos de una tierra marchita y desolada?.


Ante la ausencia de pájaros insectívoros, los insectos se propagarían por millones al menos de momento, acabarían con todo haciendo imposible otra clase de existencia.


Y así se siguen las especulaciones de los mal llamados expertos que nos están poniendo ya los pelos de punta.

El miedo se extiende todo comienza a ser caótico, cada cual trata de atrincherarse en sus casas, velar por sus vidas, procurarse lo estrictamente necesario y poco más.

Las muertes por aplastamiento se cuentan ya por millares. 

Al principio socorrían a los heridos, recogían a los muertos bajo las ramas, ya no se da a basto y nadie se atreve a internarse en una zona boscosa.
Los cadáveres de animales y humanos  se pudren bajo las ramas y el olor es irresistible.

Igual que minas diseminadas por la tierra, que explotan cuando se las pisa, los árboles caen sin avisar aplastando todo aquello que les rodea.


Algunos huyen a terreno abierto, despejado, desértico incluso, pero los alimentos van escaseando,las carreteras están impracticables con miles, millones de arboles caídos que impiden es paso por ellas.

Solo circularcampo a través es posible, los suministros escasos para mantener las poblaciones pobremente abastecidas, y ya nadie piensa en otra cosa mas que sobrevivir ante lo desconocido y esperar, esperar que todo pase.


Han acabado las contiendas pues quien se preocupa de hacer una guerra cuando todo parece que se destruye


Todo esto es una mera especulación ante algo que está sucediendo en mi ciudad.
Decenas de ramas han caído este verano, han muerto dos o tres personas, arboles que se derrumban de repente sin saber el motivo y el ayuntamiento que promete revisar los cientos de miles de árboles que crecen en Madrid.

Alguien puede creer que esta revisión puede hacerse?.

Yo lo dudo, y pienso que debemos cuidar mucho mas nuestro entorno u otras generaciones vivirán situaciones imposibles de concebir.

Duerman bien, sin pesadillas, y miren hacia arriba cuando paseen bajo los árboles.

Capitulo 2

Decido salir a la calle, ha pasado una semana desde mi última escapada y a penas quedan existencias en la casa, mi gato se está quedando sin su comida y continuamente se lamenta.

El pobre no entiende nada de lo que pasa. Mi esposa me ruega que no salga, tiene mucho temor a lo que me pueda pasar, y prefiere consumirse sin comida antes que perderme.


Ella no puede moverse, está en silla de ruedas y necesita que alguien la empuje, le ayude a incorporarse si quiere sentarse en cualquier otro lugar y a duras penas puede ponerse en pié.


Hemos racionado la comida hasta límites insospechados pero se acaba. 


Ya no hay especulaciones catastróficas en los medios. 

Han sido controlados por los Gobiernos y el ejercito se ocupa de seguir las pautas necesarias para que no cunda el pánico.

Lo controlan todo, supermercados, comunicaciones, limpian algunas carreteras removiendo miles de árboles que impiden el paso de los camiones con suministros.

Hay gabinetes de crisis por doquier que se afanan en atajar la catástrofe medio ambiental que supone la pérdida de la masa forestal.

No nos dicen lo que puede pasar en las selvas del Amazonas y otras parecidas que son los pulmones de planeta.


El terror es general, el ejercito circula por las calles de Madrid y trata de controlar que no haya pillajes o tumultos.


Estoy en la calle y la vista es desoladora. No hay lugar donde algún árbol no esté caído habiendo aplastado coches, estructuras, tejados y produciendo infinidad de bajas entre peatones desprevenidos.

No hay cuerpos, los han ido retirando ante la ausencia de peligro físico de derrumbes,no queda árbol en pié,  y hay mas que peligro de epidemias. 
Nada se comenta del número de bajas entre la población pues no quieren que el pánico sea aún mayor de lo que ya es.

¿Donde voy?, pienso, lo mejor acercarme a alguno de los supermercados conocidos. 

El primero está abierto custodiado por la policía, una interminable fila de gente se agolpa para ir entrando. 
La hilera de personas da la vuelta a toda la manzana, y grandes carteles anuncian que deberán llevarse los D.N.I. de las unidades familiares o personas que convivan en un solo piso para administrar los alimentos que lógicamente están ya racionados.

El orden existe, al menos de momento, y eso me tranquiliza.

Llamo a mi esposa por teléfono y le cuento lo que he visto, le digo que permanezca tranquila, que voy a tardar mucho pues tendré que esperar la fila, y que todo va bien pues llevo los D.N.I. el suyo y el mío. 

Me dice que no me preocupe por ella, que está bien, y que esperará todo lo que haga falta.


Con paciencia me pongo en la fila, saco mi kindle y comienzo a leer procurando calmar mis ánimos.

No se si para comprar la comida de Gatufo tengo que llevar algún documento que acredite su identidad y que vive con nosotros.
Si no puedo tendremos que compartir con el la nuestra, no habrá problema alguno.

En la fila observo que hay toda clase de personas, mayores, jóvenes, hombres y mujeres a veces en parejas, casi todo el mundo guarda silencio o trata de escuchar noticias en la radio.


La policía y el ejercito han impuesto un gran respeto, se guarda el orden y no hay, que yo sepa ninguna clase de tumulto.

Cuando comenzó el pánico si lo hubo, luego los gobiernos Europeos fueron tomando medidas conjuntas y se recupero el orden en las calles.

Ahora la gente calla y susurra en voz baja las últimas noticias que nunca suelen ser ciertas.

Vienen filtradas por los gobiernos y en realidad no dicen nada de lo que está pasando.

¿Hasta donde llega la plaga de los "áboles y matorrales caidos" ?. No se comenta, han encontrado algún remedio o explicación?. Tampoco se comenta.

Solo se dan noticias regionales o nacionales, lo que ocurre en los países de Europa que sufren iguales consecuencias y toman similares medidas que nosotros.

Hay un gran gabinete de crisis en Bruselas, que dicta las normas de lo que es preciso hacer en los diferentes países de la Unión.

Nada más se dice o se comenta, el hermetismo es total.

Es muy posible que traten de que no se produzca una estampida general, huyendo de las zonas desoladas del continente Europeo y marchando por avión o cualquier otro medio de transporte hacia zonas que se hayan librado de la tragedia de los árboles.


Habrá alguno?, me pregunto, o esto es absolutamente global.


Yo no lo se, nadie de mi entorno lo sabe, pero imagino o deseo pensar que no, las consecuencias serían demasiado horribles en un corto plazo.

No vemos a nadie que salga, lo harán por la otra puerta, de esa forma no sabemos lo que se llevan.

Es de suponer que a medida que van pasando

los primeros de la fila los suministros se van acabando. Nadie puede controlar las existencias si no saben cuantas personas van a acudir a comprarlas.

Llevo una lista de lo que nos hace falta, siempre la he llevado antes y ahora con mas motivo. 

La repaso mentalmente para no pensar en otra cosa. 
Procuro no hablar con nadie y escuchar lo que comentan los otros.

Miedo es lo que dejan entender todas las conversaciones. No hay explicación posible a lo que está sucediendo, y el espectáculo de ver todos los árboles que había en el paseo, caídos en el suelo no es una imagen tranquilizadora.

Han apartado los que había en la calzada pero casi no pasan coches. La gente comienza a ahorrar combustible por temor a lo que esté por venir.

Y esa el la gran pregunta que nos hacemos todos, ¿cuando parará esto?, que veremos en un mes o incluso la semana que viene?. Seguirá todo parecido, controlado, o ya estaremos sumidos en el caos?.
Prefiero no especular dentro de mi cabeza pero es inevitable. Cuando bajo la guadia los pensamientos apocalípticos vienen a mi mente y trazo planes para afrontar la catástrofe. 

No se me ocurre nada, no tengo coche, mi esposa está casi incapacitada, no puede andar, a penas incorporarse, donde voy o que hago si todo empeora?. Otra vez me digo, mejor no lo pienses, vive hoy, afronta hoy lo que tengas que hacer, mañana será otro día con otros problemas que tendrás que ir solucionando.

Eso es todo, no hay más, por muchos planes que quieras hacer siempre la realidad será otra diferente de la que ha pensado o previsto.
La puerta de entrada va estando más próxima, miro el reloj, cuanto tiempo ha pasado?. Dos horas, tampoco ha sido demasiado e incluso pensaba que estaría más.

Es una mala señal, pienso otra vez sin poder evitarlo, es una prueba clara de que se acaban los alimentos y la gente tarde menos porque ya casi no pueden llevarse de nada.

Calla, no pienses me digo, ya has empezado otra vez a suponer lo peor.


Pero es cierto, lo compruebo en cuanto entro, las estanterías están casi vacías, y en cuanto llego a donde recogen las notas de lo que deseamos llevarnos van tachando mas de la mitad de lo que yo había escrito.


Puedo llevar arroz, algo de leche, alubias, pasta, jabón, huevos, y poco más.

No hay verdura, ni fruta, no hay pescado, ni carne, ni queso, a penas aceite o azucar, consigo una botella y un kilo solamente, tampoco quedan patatas, total que no se como nos vamos a arreglar para una semana.

Es lo que me dicen, me sellan un papel en el que especifican lo que llevo, la fecha, y que mi próximo suministro puedo hacerlo en una semana. Lo registran en el ordenador y me dicen claramente "que no trate de ir a otro supermercado" pues está prohibido por una ley reciente. 

Si intento hacerlo pueden detenerme y no entregarme ya mas suministros.

Estoy anonadado, esto es mucho peor de lo que pensaba, no es de extrañar que salgamos por otra puerta fuertemente custodiada y nos indican que no comentemos nada con nadie de todo lo que nos han dicho.
La gente que espera fuera podría amotinarse, y se podría originar un gran tumulto, pero es lo que hay y gracias que lo racionan para que alcance a la mayor cantidad de personas.


Yo también comienzo a sentir el temor, miedo a lo que está por venir y un sudor frío comienza a brotar de mi frente.  

Que le voy a dar a Gatufo, arroz?, un poco de embutido, jamón de york que a el le gusta, pero es un producto que caduca,  y luego?.

Antes de salir me dirijo a uno de los encargados de distribuir lo que han ajustado y le pregunto si tienen comida de gato.

Siento un gran alivio cuando me dice que sí, que le enseñe la cartilla del minino, la mira, la sella, y se marcha. 
Llega con un saco de comida, no demasiado grande, y algunas latas.
Para una semana, me dice, antes no puede venir asi que racione al gato todo lo que pueda.

Gatufo está salvado, respiro y me tranquilizo, al menos el gato comerá y son buenas noticias.


En silencio salgo del supermercado y tratando de casi esconder los productos voy mirando a un lado y a otro temeroso de que me los puedan robar.


¿Que puedo hacer si eso sucede?


El temor se masca entre quienes esperamos entrar en el supermercado, se habla en voz baja pues no queremos poner nerviosos a los soldados o policías que nos miran con cara aviesa y custodian la fila.
No vemos a nadie que salga, lo harán por la otra puerta, de esa forma no sabemos lo que se llevan.
Es de suponer que a medida que van pasando

los primeros de la fila los suministros se van acabando. Nadie puede controlar las existencias si no saben cuantas personas van a acudir a comprarlas.

Llevo una lista de lo que nos hace falta, siempre la he llevado antes y ahora con mas motivo. 

La repaso mentalmente para no pensar en otra cosa. 
Procuro no hablar con nadie y escuchar lo que comentan los otros.

Miedo es lo que dejan entender todas las conversaciones. No hay explicación posible a lo que está sucediendo, y el espectáculo de ver todos los árboles que había en el paseo, caídos en el suelo no es una imagen tranquilizadora.

Han apartado los que había en la calzada pero casi no pasan coches. La gente comienza a ahorrar combustible por temor a lo que esté por venir.

Y esa el la gran pregunta que nos hacemos todos, ¿cuando parará esto?, que veremos en un mes o incluso la semana que viene?. Seguirá todo parecido, controlado, o ya estaremos sumidos en el caos?.


Prefiero no especular dentro de mi cabeza pero es inevitable. Cuando bajo la guardia los pensamientos apocalípticos vienen a mi mente y trazo planes para afrontar la catástrofe. 

No se me ocurre nada, no tengo coche, mi esposa está casi incapacitada, no puede andar, a penas incorporarse, donde voy o que hago si todo empeora?. Otra vez me digo, mejor no lo pienses, vive hoy, afronta hoy lo que tengas que hacer, mañana será otro día con otros problemas que tendrás que ir solucionando.

Eso es todo, no hay más, por muchos planes que quieras hacer siempre la realidad será otra diferente de la que ha pensado o previsto.
La puerta de entrada va estando más próxima, miro el reloj, cuanto tiempo ha pasado?. Dos horas, tampoco ha sido demasiado e incluso pensaba que estaría más.

Es una mala señal, pienso otra vez sin poder evitarlo, es una prueba clara de que se acaban los alimentos y la gente tarde menos porque ya casi no pueden llevarse de nada.

Calla, no pienses me digo, ya has empezado otra vez a suponer lo peor.


Pero es cierto, lo compruebo en cuanto entro, las estanterías están casi vacías, y en cuanto llego a donde recogen las notas de lo que deseamos llevarnos van tachando mas de la mitad de lo que yo había escrito.


Puedo llevar arroz, algo de leche, alubias, pasta, jabón, huevos, y poco más.

No hay verdura, ni fruta, no hay pescado, ni carne, ni queso, a penas aceite o azucar, consigo una botella y un kilo solamente, tampoco quedan patatas, total que no se como nos vamos a arreglar para una semana.

Es lo que me dicen, me sellan un papel en el que especifican lo que llevo, la fecha, y que mi próximo suministro puedo hacerlo en una semana. Lo registran en el ordenador y me dicen claramente "que no trate de ir a otro supermercado" pues está prohibido por una ley reciente. 

Si intento hacerlo pueden detenerme y no entregarme ya mas suministros.

Estoy anonadado, esto es mucho peor de lo que pensaba, no es de extrañar que salgamos por otra puerta fuertemente custodiada y nos indican que no comentemos nada con nadie de todo lo que nos han dicho.
La gente que espera fuera podría amotinarse, y se podría originar un gran tumulto, pero es lo que hay y gracias que lo racionan para que alcance a la mayor cantidad de personas.


Yo también comienzo a sentir el temor, miedo a lo que está por venir y un sudor frío comienza a brotar de mi frente.  

Que le voy a dar a Gatufo, arroz?, un poco de embutido, jamón de york que a el le gusta, pero es un producto que caduca,  y luego?.

Antes de salir me dirijo a uno de los encargados de distribuir lo que han ajustado y le pregunto si tienen comida de gato.

Siento un gran alivio cuando me dice que sí, que le enseñe la cartilla del minino, la mira, la sella, y se marcha. 
Llega con un saco de comida, no demasiado grande, y algunas latas.
Para una semana, me dice, antes no puede venir asi que racione al gato todo lo que pueda.

Gatufo está salvado, respiro y me tranquilizo, al menos el gato comerá y son buenas noticias.


En silencio salgo del supermercado y tratando de casi esconder los productos voy mirando a un lado y a otro temeroso de que me los puedan robar.


¿Que puedo hacer si eso sucede?



Volvere a pasear por aquí muy pronto