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Mi mas oculto deseo fue siempre ser escritor y aprender varios idiomas. He llegado a defenderme bien en Ingles y chapurrear algo de Frances. El cine y la fotografia me fascinan. La música, de todo tipo, ha sido siempre mi relax. La amistad la valora mas que a nada en la vida.

lunes, 11 de diciembre de 2017

SALIR FUERA PARA QUE






Nunca salgo fuera de mi casa, no me atrae nada el exterior que diviso desde el mirador.
Me asustan los ruidos extraños que llegan a mis orejas y no doy a basto si me quiero enterar de todo.
Miles de sonidos mezclados, humanos que chillan, cosas que pasan raudas y que llaman coches, otras que meten mas ruido y son motocicletas, niños gritando, madres gritando mas, algo enorme que llaman camión de las basuras, y para que seguir.



El exterior me marea, el interior también marea cuando hay mas de tres personas hablando todas a la vez, menos mal que apagan la televisión o la radio y así puedo enterarme de los más mínimos detalles, de lo que se piensa y no se dice, de lo que se dice y no es verdad, de lo que se desea comentar y se calla.

Son divertidos estos humanos, a quien engañarán me pregunto yo, a mi no. Pero parece que entre ellos, rudimentarios seres que emiten ruidos variados para entenderse, si logran confundirse e incluso engañarse.

Conozco quien llega antes de que suene un ruido estridente que daña mis orejas. Es el timbre, y suena constantemente sobre todo por las mañanas.

Cuando Emi abre la puerta suenan voces que ya voy conociendo y que siempre traen paquetes que huelen francamente mal.

Llegan de muy lejos creo, y Emi se apresura a abrirlos para comprobar lo que hay dentro. A veces se sorprende, otras no, e incluso leo en su interior y veo que muestra su extrañeza cuando comprueba que ciertos objetos finalmente han llegado a casa.
No entiendo el motivo de acumular tantos objetos inútiles, más cuando ya no tiene sitio donde guardarlos, y busca desesperado la forma de hacer un sitio para colocar el nuevo objeto que ha llegado a sus manos.


Es peor cuando sale a la calle, y menos mal que sale pocas veces.
Cuando así es trae grandes bolsas que va vaciando lentamente y saca nuevos trastos que se afana en ubicar adecuadamente.
De todo esto nada me interesa salvo las bolsas. Me encanta jugar con ellas, rasgarlas con mis uñas, meterme dentro de ellas, comprobar lo mal que huelen.
Tras un rato de estar entretenido vuelvo a mi sitio de estar a gusto, tomar el sol, dormir y olvidarme de todo el barullo.


Mira que quiero a Emi, es lo que mas, ansío siempre estar encima de sus piernas, olerle, escuchar su voz, sentir su mano que me acaricia con suavidad, pero no le entiendo.

Salir fuera para que, me pregunto, y recibir paquetes de nadie sabe donde para que también.
No le basta con tenerme a mi, a Cuca, comer, dormir, acariciarme, charlar, dormirse también.
Pues parece que no, no le basta, sigue saliendo ahora casi todos los días y no me hace maldita la gracia.

Nos deja a Cuca y a mi solos, se despide eso si, me acaricia y me dice que viene pronto.
A ella le da un beso, así lo llaman, y desaparece saliendo por la puerta que da a un espacio que llaman portal.

Siempre estoy deseando que vuelva.



Soy yo el gatufo en mi casa y en mi sillón





el gatufo

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