No tuve abuelos, fallecieron, el uno antes de nacer yo y el otro cuando yo era un bebe.
Tampoco tuve abuelas, la materna se fue cuando tenía unos seis años y la paterna nunca se ocupó de nosotros.
Para ella solo existian los hijos de su hija, los de su hijo no contaban asi que jamás sentí ni frio ni calor respecto a ella.
Sin abuelos de crio, una ausencia significativa en el desarrollo afectivo de un niño, un joven, una persona en definitiva.
Ahora no tengo nietos, es decir un escalón de vacio antes y otro gran escalón de carencia ahora que pudiera haber canalizado afectos hacia una criatura descendiente de alguna de mis hijas.
Pareciera que no puede extrañarse aquello de lo que carecemos o hemos carecido, pero si se echa en falta mucho más de lo que pudiera parecer.
Nada parecido el amor de unos abuelos con los de unos padres, no es mas ni menos, es simplemente diferente.
Y lo vi en mis padres respecto a mis tres hijas y mis dos sobrinos, los trataron de distinta forma que a sus tres hijos, dos chicas mayores que yo y su hijo este que escribe.
Nada puedo hacer al respecto, solo transmitir esa carencia de sentimientos que algunos de vosotros seguro conoceis y que te hace sentir carente de algo indefinido, que jamás conocí y que ya nunca voy a experimentar.
Si, en ocasiones veo a los abuelos paseando a sus nietos, van a buscarlos al colegio, los tienen en sus casas, y pienso ¿que sentirán?.
¿Son conscientes esos pequeños de lo que tienen?. ¿Lo saben apreciar?.
Me temo que no, jamás se aprecia lo que se da como natural, que no lo es, hasta que se pierde.
Y por supuesto la carencia del afecto de un abuelo o abuela duele y se nota a lo largo de toda una vida.
Ayer estuve en casa de un muy íntimo amigo a quien conozco de siempre, con el estaba su hija y su nieta de año y medio.
Una pequeña preciosa, simpatica y vivaracha que de entrada se asustó al verme, luego poco a poco fué tomando sus confiazas y si hubiera seguido seguro que se hubiera dejado alzar en mis brazos.
Adoro a los pequeños de esa edad, tuve a mis hijas y se el sentimiento de ternura enorme que despiertan.
Envidié sanamente a mi amigo, la pequeñina se agarraba a sus pantalones y no se soltaba.
El verlos despertó en mi estos sentimientos de carencia total que ninguna otra cosa puede sustituirlos.
Si, adoro a mi gato, es lo mas tierno y cariñoso del mundo además "no crece" cumple años pero siempre es el mismo.
Igual tamaño, la misma ternura, el mismo apego conmigo hasta sus o mis últimos días, pero lógicamente es diferente.
Escepticamente siento que los animales son mejores que la mayoria de las personas pero eso no es obice para que no note la ausencia de mis abuelos y la carencia de nietos.
Saludos.
el gatufo
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