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Mi mas oculto deseo fue siempre ser escritor y aprender varios idiomas. He llegado a defenderme bien en Ingles y chapurrear algo de Frances. El cine y la fotografia me fascinan. La música, de todo tipo, ha sido siempre mi relax. La amistad la valora mas que a nada en la vida.

miércoles, 21 de octubre de 2015

EXTRAVANGANCIAS






Serrano comienza en Pza. de la Independencia, y Emiliano toma la acera de los pares pues supone que los establecimientos de moda, caros carisimos, estan justo en dicha acera.
No tardando demasiado va observando lo que esperaba, modas de damas y de caballeros en maniquies absolutamente calvos, blancos, de porcelana casi.
No le gustan los maniquies aunque debe de ser muy modernos y pijos.

Un solo bolso en la tienda de Loewe ocupa todo el escaparate, el precio brilla por su ausencia y da por hecho que no quieren asustar a los posibles clientes.
Dos personas salen justo de Loewe portando varias bolsas y aparentan ser de Japon, multimillonarios seguro piensa el.

Nigun cliente mas esta dentro de ninguna de las boutiques por las que va pasando, aunque a las empleadas que trabajan en ellas no parece importarles demasiado.
Con dos o tres ventas en el dia es posible que ganen los suficiente para cubrir gastos. 
Emiliano piensa que siendo al mediodia casi es posible que la hora no es la adecuada para que los compradores entren y salgan.

No acaba de convencerle demasiado la disposicion de estas boutiques, alejadas las unas de las otras sin formar un nucleo compacto de tiendas de lujo como el ha observado en otros lugares.

La acera muy ancha pero desangelada, sin ambiente ni de paseantes o compradores.

Finalmente observa un establecimiento de zapatos y botas cuya marca GEOX a el le gusta especialmente. 
Decide entrar, mira lo que esta expuesto y una joven se apresura a preguntar que desea.
El ya ha formado su idea de lo que quiere probarse e indica unas botas de las expuestas. 
Numero 43 o 44 le dice a la joven, y ella pide disculpas y desaparece en busca de lo solicitado.
Tarda, por lo que emiliano busca un lugar donde sentarse y espera pacientemente a la joven.
Tras unos minutos, cuatro o cinco, la joven trae una caja y saca la bota solicitada. Es el numero 44, comprueba emiliano,  y comienza a descalzarse para probarse lo que el desea. 
No parece que ya ningun vendedor ayude a calzar a los clientes, cosa que hace no demasiado tiempo si hacian. Es igual, costumbre hace ley, y la correccion de antes ya no se lleva. Posiblemente consideren una postura humillante la de agacharse y ayudar al comprador a calzarse el zapato o bota solicitados.

Le esta grande, es muy comoda pero grande, con lo que indica a la dependienta que necesita probarse el numero 43. 
Espere por favor que cuando suba la otra dependienta yo bajo y se la subo.
Genial, dice el, y vuelve a sentarse esperando, tres, cuatro, casi cinco minutos.
La joven aparece con las manos vacias, y exclama que lo siente, no tienen el numero 43 ni en negro ni en marron.
Lastima, comenta emiliano, a lo que la dependienta le indica que quizas en la otro tienda que tienen en la calle Claudio Coello tengan ese numero.
Amablemente le dice, espere que voy a comprobarlo.

Se coloca detras del monitor, teclea, y posteriormente le indica que tampoco tienen ese numero en la otra tienda.  Sigue tecleando y vuelve a decirle que de hecho ese numero NO lo tienen en ninguna de la tiendas Geox de Madrid, pero si hay su numero en una o dos tiernas de Barcelona.

Emiliano no puede creer lo que escucha, y se pregunta cuantas tiendas de esta marca de calzado habra en Madrid, no entiende nada. Tampoco que le indiquen la posibilidad de comprar unas botas en Barcelona que esta a mas de seiscientos kilometros de 
donde el se encuentra, Madrid, calle de Serrano.


Con sorna le da las gracias a la joven y le indica que Barcelona le pilla un poco lejos para ir a comprar unas botas.

Sale de la tienda riendose por dentro, jamas le habia sucedido algo parecido, y continua su paseo por la calle de Serrano.
Piensa, no puedo creerlo, un numero de calzado tan comun y siendo un nuevo modelo como es posble que en todo Madrid no exista mi talla y me digan que en Barcelona si existe, estara pirada esta joven para mandarme tan lejos.

Sigue observando tiendas de marca, desperdigadas unas de otras, no acaba de gustarle lo que ve y de pronto maravilla, divisa una joyeria de superlujo quince o veinte metros mas adelante.

Veremos que material exponen, se dice a si mismo, y acelera el paso camino de la nueva experiencia visual.




















el gatufo

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