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Mi mas oculto deseo fue siempre ser escritor y aprender varios idiomas. He llegado a defenderme bien en Ingles y chapurrear algo de Frances. El cine y la fotografia me fascinan. La música, de todo tipo, ha sido siempre mi relax. La amistad la valora mas que a nada en la vida.

viernes, 6 de junio de 2014

LOS CUARENTA SPAIN





Hace muchos años en un lugar llamado España, vivian tres niños muy pequeños que eran hermanos. 
Dos nenas y un varon que era el niño de la mamá, y es que entonces se estimaba mucho el hecho de tener a un varón en las familias.
Aunque no había demasiados mimos, se pasaba francamente mal, hambre, privaciones, frio y falta de humor o paciencia ante tanta miseria, el pequeño era quien recibía más cariño o mímos, como decían sus hermanas mayores.

Esto tres niños no se enteraban de nada, vivian la vida que vien los pequeños siempre propicios a jugar y a hacer travesuras que sacaban de quicio a su madre quien estiraba el dinero para poder llegar a fin de mes y no solía estar de buen humor.

El padre de estos niños había nacido en 1914, primera guerra mundial, y su hijo pequeño tambien nació en 1943, plena segunda guerra mundial aunque en su entorno, España, la guerra mundial no se notaba demasiado. 

Se pasaba hambre de cualquier forma, con guerra y despues de ella, mucho peor despues ya que el país quedó aislado con un bloqueo internacional por haber apoyado tácitamente a los perdedores, las fuerzas alemanas y a su sangriento dictador que previamente había ayudado al dictador español a derrotar al gobierno libremente elegido de la segunda república. 


España era un país pobre, hambriento, represivo, donde las libertades individuales o colectivas habian sido segadas o arracandas de cuajo tras una larga guerra civil que enfrentó hermanos contra hermanos, vecinos, familias, amigos y acabó con mas de un millón de muertos en batalla y fuera de ella, asesinados, masacrados, enterrados anónimamente por ambos bandos en liza.

Despues de esto hubo una gran represión por parte de los vencedores, la dictadura, que se cobro decenas de miles de vidas y ya nadie se atrevia a opinar, reunirse, o crear conflictos de ningun orden.
No existía el derecho de huelga, reunión, asociación, ni por supuesto los partidos políticos.
La polícia "secreta", la secreta como se decía entonces, pedía la documentación en cualquier lugar, más cuando se viajaba en tren o autobús pues el control era exaustivo y estricto.

La escasez era extrema, hata el punto que se emitieron cartillas de racionamiento para los productos básicos acordes con el número de miembros de una mísma familia.

Se iba a la tienda cuando llegaban noticias de que un producto básico había llegado, aceite, patatas, azucar, harina, sal, o cualquier otro suministro vital para subsistir. 
Tampoco había carbón o leña para encender la lumbre y poder cocinar. 
La carne era producto de lujo, escaso, y el pescado no entraba a ser considerado pues la flota pesquera había desaparecido. 


Para estos crios la vida parecía grata, eran niños al fin y al cabo y no conocian otra cosa, en su casa no había casi de nada, no había teléfono, ni lavadora, tampoco nevera, ni ningún otro electrodoméstico que ayudara en las faenas domésticas.
Una radio de segunda mano, unos cuantos libros heredados de su abuelo y nada más. 

Pasaban mucho frio en invierno y se asfixiaban en verano, como todo el mundo entonces, y si querian refrescarse en verano dormian al aire libre, bebian de un botijo de barro y dormian la siesta a mediodia.
Con esto les bastaba, aunque no a sus padres que habían conocido etapas mejores.


Estos tres hermanos vivian a las afueras de Madrid, en el barrio de Tetuan de las Victorias, eran unos privilegiados, pues su padre trabajaba todo el día en dos empleos de oficina. 
No era trabajador manual, se levantaba a las seis y media de la mañana y volvia a las diez de la noche.
Cuando llegaba a casa sus hijos estaban ya acostados y el estaba demasiado cansado para intentar despertarlos.

La vida en los pueblos o pequeñas ciudades de entonces era muchísimo peor pues dificilmente había trabajo para los jornaleros cuando los campos habían sido arrasados y no había grano que segar ni tierra que sembrar.


El estraperlo y acaparamiento de alimentos era la tónica común en todos los lugares, de forma que la dictadura imperante establecíó unas aduanas o barreras en las afueras de las poblaciones que impedian el tráfico o libre circulación de cualquier alimento entre los distintos territorios.
A estos organismos se les llamaba "oficina de abastos" y se encargaban de controlar, inspeccionar, y denunciar abusos en la composición o distribución de los productos básicos.

Se aguaban la leche, el vino, se mezclaban los aceites, el azucar, no existia el café, se molía achicoria como sustituto del café y en las familias se acostumbraba a racionar el pan, el azucar, la margarina, la carne o cualquier alimento que remediera el hambre generalizada.

Para estos tres niños la vida parecia transcurrir llena de aventuras, no sabian de vida y las penalidades formaban parte de la rutína no ansiando un cambio de vida hacia mejor pues simplemente no sabían en que consistía eso.
Una vida mejor que la que llevaban?, que disparate, estaban casi todo el día jugando en la calle tras salir de la escuela, y se lo pasaban bien imaginando que eran heroes de los tebeos de entonces, "El Guerrero del Antifaz" o "Roberto Alcazar y Pedrín" entre muchos otros. 
De la infinidad de tebeos que se publicaban entoces los que mas les gustaban eran los de "Hazañas Bélicas" pero eran muy caros, solían mirarlos con envidia cuando los veían en cualquier kiosko del barrio en en manos de otros crios mas mayores que ellos.

Coleccionaban cromos de las películas que estrenaban entonces y para ellos todo era como de cine, al llegar a su casa era cuando volvian a la realidad de la escasez y los malos humos.

El cine de barrio era su refugio y procuraban ir al menos un día a la semana a las sesiones de infantil, donde los crios atestaban el recinto de pie, sin asiento, y que les importaba eso a ellos con tal de ver una del oeste o quedar con la boca abierta viendo las casas de los americanos en una comedia de las de entonces.







 el gatufo





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