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Mi mas oculto deseo fue siempre ser escritor y aprender varios idiomas. He llegado a defenderme bien en Ingles y chapurrear algo de Frances. El cine y la fotografia me fascinan. La música, de todo tipo, ha sido siempre mi relax. La amistad la valora mas que a nada en la vida.

jueves, 20 de julio de 2017

DE NOCHE





Cuando estamos solos, sin tele, sin ordenador, sin radio, a solas con nosotros mismo, ¿acaso pensamos?.

Reflexionamos sobre la vida que vivimos, lo que hacemos, lo que desearíamos hacer con esa vida que se nos va, una día menos de vida, una noche que no vuelve, y así un dia mas tras otro.
¿Pensamos en qué hacemos para mejorar?

Nos enfrentamos a nuestra realidad o simplemente apagamos el televisor, tras vivir vidas e historias ajenas, y nos sumergimos en la cama pensando en la jornada de mañana, en que se ha acabado el fin de semana, y que mañana es lunes.
O lo cabreados que estamos con este, con aquel, por que no tenemos trabajo o por que nos explotan.

Punto, nada mas, y así ¿hasta cuando?, me pregunto.

¿Qué he hecho yo para mejorar mi vida como persona?. 
Y no se trata de ganar mas dinero, ni de trabajar menos, ni de tener o no tener razón, de si ir o no ir de vacaciones, de si perderé o no perderé el trabajo, de si me gusta esta o aquel, de si mis hijos no me dan tregua, de lo desgraciado o desgraciada que me siento, de si nadie me comprende y así un rosario de quejas o lamentaciones.
¿Qué he hecho o hago yo con mi vida?

¿Acaso te comprendes tu a ti mismo?

Sinceramente la mayor parte del tiempo yo no me comprendo. No entiendo mi plan de gastos, ni lo que hago para ser mas o menos feliz, no entiendo lo que estoy haciendo con mi vida, menos aún entiendo a los que me rodean si no acabo de encontrar mi equilibrio.

Esa podría ser una reflexión, o justo la contraria, hago lo que debo, lo que me hace feliz, puedo mejorar así o no, privándome de estos caprichos, hablando más con mi pareja o mis hijos.

Compartiendo, entendiendo, siendo humilde, desde este momento, hago las paces con este o aquel.

Esa es la cuestión que me, nos, convendría meditar de vez en cuando. 
Justo cuando estamos a solas, en silencio, sin nada que no entretenga, en la noche, cuando el día se acaba.

Hoy desearía hacerlo, justo ahora por ello escribo y me pregunto que hago de mi vida.

¿Me gusta?
¿Puedo cambiarla?
¿No puedo y seguiré como hasta ahora?
¿Estoy bien con mi pareja?
¿Desearía estar solo? 
¿Acompañado por otra persona?

¿Acaso hay alguien que se haga estas preguntas una sola vez
al mes?

No estoy en la mente de vosotros pero a veces dudo que nos planteemos nuestra vida con sinceridad, sin miedo a enfrentarnos con nosotros mismos.

Buenas noches y mejores sueños.


el gatufo



FRIO Y MEMORIAS







Cuanto frío pueden pasar unos críos en el crudo invierno de Madrid en la postguerra cuando no hay nada para calentarse.


El carbón era carísimo, las astillas para prender la lumbre mojadas, y los recursos para las gentes que vivían en los cincuenta muy limitados.
Carbón, era la pesadilla en el invierno, carbón que arda y caliente los huesos helados hasta los tuétanos.

No había con que calentarse, lo mejor salir a la calle y correr, jugar al rescate, tu la llevas, el escondite a llamar a las puertas, policías y ladrones, de esta forma se pasaban las horas sin pensar en el frío, el hambre o las privaciones.

Chicos y chicas menores de once o doce años pasaban su tiempo libre en la calle, saltando, chillando, jugando. El frio y el mal humor quedaban encerrados en las casas donde las madres se lamentaban de la escasez.

Dentro de las casas, salvo en la cocina, el frío era espantoso y los sabañones en los pies o manos era la norma general.
Como picaban y dolían por mucho que las madres se afanaran tejiendo jersey y calcetines de lana para marido e hijos.
Manos agrietadas del agua fría, costras que dolían cantidad y ninguna crema para aliviar las molestias.


Inviernos de Madrid años cuarenta y cincuenta, cuanto duraban, interminables, cuando vendrá el buen tiempo se escuchaba de continuo comentar en las tiendas o puestos callejeros.


Las cerilleras que vendían tabaco y caramelos sentadas en unas sillas de madera en mitad de la calle tiritaban de frio bajo capas y capas de ropa y algunas mantas raídas.

Los chavales cuando conseguían alguna "perra chica o gorda", cinco o diez céntimos de peseta, corrían a comprar alguna golosina, un chicle, diez de pipas o algún cigarrillo los mayores que se fumaban a escondidas de los padres.


Que pensarían estas mujeres inmóviles durante horas, sentadas a ambos lados de la calle próximas a algún cine, peleando con los críos que trataban de sisarles algún caramelo o chicle a poco que se descuidaran.
En un pequeño cesto depositaban su mercancía y así vendiendo chucherías sacarían algunos céntimos de ganancia para ir mal viviendo.

En algún otro puesto se cambiaban tebeos o novelas baratas a los muchachos que con diez céntimos de peseta conseguían cambiar algún tebeo con el que pasar la tarde, y una vez leído a cambiarlo con algún otro crio que hubiera renovado su colección por el mismo procedimiento.

El problema era siempre donde encontrar una "perra gorda" (los diez céntimos) y así completar una tarde de sábado o domingo.

Nada calmaba el frío, nada aliviaban los sabañones, picaban y dolían a rabiar. 

¿Qué hacer?. 
Aguantar, simplemente aguantar y no quejarse pues lo último era siempre cabrear a los progenitores siempre de mal humor.

Frío en la casa, frío en el colegio, frío a veces en la calle que se combatía corriendo y jugando.
¿Qué nos quedaba?.

El cine, las salas de sesión continua, todos apiñados hasta la primera fila recibiendo y dando calor humano e incluso con suerte con la calefacción encendida.
Suficiente para sentirse en la gloria y repetir las películas una y otra vez en sesiones interminables de cinco horas.



Cine, cine, cine, mas cine por favor como cantaba Luis Eduardo Aute en años posteriores.

Mas cine, todo lo que el cuerpo y la mente aguantaran con tal de estar calientes y a salvo de los tortazos maternos que siempre estaban prestos a escaparse.








el gatufo

miércoles, 19 de julio de 2017

EL TUNEL serie tv.




Hace ya algún tiempo Cuca y yo acabamos de ver la serie "El Tunel", bien hecha, con personajes bien construidos, muy Europea, contraste entre el carácter Británico y el Francés, y con un final lógico pero muy triste.


Eso fué antes de que ella tuviera que salir de su casa pues era necesario ser mejor cuidada y muy a mi pesar ingresó en una residencia.

La serie no hace concesiones benignas o para que el espectador quede con buen sabor de boca pensando que los protagonistas siempre se salvan, que son los otros los que mueren asesinados por el killer.

No suele ser así en la realidad y aquí el final hace daño, mucho daño al espectador y por supuesto al uno de los dos personajes fundamentales.
Se salva la amistad entre los protagonistas, y ella es la antítesis de lo que entendemos por el glamour de la mujer francesa. 



Tópicos fuera, el inspector ingles es temperamental y ella es fría, desapasionada, inhumana a veces.

Nos gustó a los dos aunque nos dejó tristes cuando veo que muere un inocente que hemos seguido durante diez episodios.


Empezaremos otra nueva serie acordamos Cuca y yo, pues últimamente disfrutabamos mas con las buenas series que con las películas.

Durante años fueron películas, operas, ballets, pero en la última época de estar Cuca conmigo ibamos tras las buenas series.
El día fué tranquilo, y cuando hablé con ella estaba bastante bien lo que me tranquiliza siempre infinito, antes, ahora y siempre será así.


Bastante tiene ella con su esclerosis, con su incapacidad que cada día es mayor para que encima le vengan estos dolores tan fastidiosos del trigemino que son insoportables.

En mi caso a las seis y media de la mañana ya estaba despierto, presto para ir al servicio y hacer un pis, y luego ya sin posibilidad de dormir a las siete y media mirando el correo, los periódicos, escribiendo en el otro blog, y ordenando siempre la multitud de chismes que tengo por toda la casa.

Estoy bajando libros al tratero que más que eso parece una librería en el sótano.
Me gustaría que alguien pudiera aprovecharlos, pero ahí están los libros sin que nadie pase sus páginas.


****

Al final los libros fueron aprovechados, vinieron a llevárselos para distribuirlos en residencias de ancianos y hospitales.
He podido comprobar que es cierto pues en la residencia donde visito a mi esposa tienen una libreria bien surtida de donaciones que hacen las personas que tienen allí familiares.

En no demasiado tiempo iré a visitar una ciudad que tengo muchas ganas de ver, Estocolmo, y me es mas facil estando solo pues mi amada Cuca ya no está conmigo en casa.







el gatufo

UN DIA MAS



¿Qué tal estás?
¿Cómo andas?
¿Qué tal sigues?

Pues, sigo y ya es bastante.

¿Que tal estás? sería la pregunta apropiada, se está bien, regular o mal.

Bien si no me duele nada, no ha ocurrido ningún hecho desgraciado, no hay malas noticias de mi familia o amigos, y sobre todo la salud es correcta.

¿Cómo andas? viene a ser una pregunta parecida a la anterior aunque a veces es muy desafortunada. 
Cualquiera que estudie el idioma Castellano verá que andar es un sinónimo de caminar, poner un pie tras el otro y mover el propio cuerpo para llegar a algún lugar o posición.
Se anda cuando se camina y nada tiene con estar bien o mal.

Se usa como un seudónimo desafortunado pues un cojo, no anda, o un parapléjico tampoco anda, o mi esposa Cuca tampoco anda, y cuando le hacen esa pregunta ella con ironía responde, andar lo que se dice andar, no ando, estoy vaya, bien regular o peor.


¿Qué tal sigues? es parecido a las anteriores preguntas pero se suele referir a la salud, cuando alguien ha estado enfermo, lo sigue estando, o también se refiere a como sigue la persona si ha tenido algún contratiempo en su vida, se ha ido al paro, ha perdido un ser querido, o situaciones de esa índole.

Se necesita mucha confianza para hacer esta pregunta pues abres la puerta a que la persona se sincere o se consuele contándote su situación personal, anímica o financiera.

La respuesta que elude cualquier aclaración a todas estas preguntas suele ser, "ahí andamos"  "ahí estamos" o  "ahí seguimos" y así quieres indicar que todo sigue parecido y que deseas hablar de otra cosa.

En nuestro caso, Cuca, Gatufo y Emiliano, ahí estamos o seguimos. 
No hay variación en nuestro ritmo de vida salvo que hace unos días tuve un percance con las llaves de casa, tuve que llamar a un cerrajero de urgencia y me cobró 365 euros por acudir a la llamada, descerrajar la cerradura de seguridad, y poner otro en sustitución.
Me dijo que se lo comunicara al seguro, y "ahí estoy" esperando que la compañía de seguros "se manifieste" y me abone el importe ya pagado, una pasta, por solucionar el problema con las llaves de mi casa.

Pequeño percance solucionado con bastante "pasta" a la espera de poder cobrarla.
¿Que haces si no tienes los 365 euros?

Ese si hubiera sido un problema, ¿Cómo entras en tu casa?, y con el agravante de que Cuca estaba dentro y ella no puede "andar" y solucionar el problema con otra llave.

¿Que tal seguimos?

No se que contestar, ahí estamos, con eso basta.





el gatufo

ESPIRITUS Y TONTERIAS




¿En realidad habrá servido para algo "la campaña"?, pues quizás si, para restar votos a algunos que se han pasado repitiendo una y otra vez la misma cantinela, pues no creo que los hayan aumentado en absoluto.

Mi barrio estaba lleno de carteles de un partido que colgaban de las farolas y da la casualidad que ese partido ha bajado sus concejales hasta límites insospechados.
Quizás la gente harta de ver las mismas caras un día y otro ha decido cambiar y mirar a otras muy diferentes.
No, no es el que imaginais pues es justo el otro que respecto a la alcaldía de Madrid ha recibido la menor votación de toda su historia.

Y están contentos, eso si que es una contradicción pues bajan más de un millón de votos pero eso si, los contrarios bajan más lo que parece ser muy satisfactorio.
Sumando los partidos de siempre la bajada representa 3,3 millones de votos que no está nada mal.

++++

(viene a mi memoria un cuento en el que un señor desea premiar a dos de sus criados, al primero le dice "pide lo que quieras pero ten en cuenta que al otro criado le daré el doble que a ti pues ha trabajado mas y mejor".
El criado piensa durante un buen rato y le dice a su señor, "es seguro que al otro le vas a dar el doble que a mi".
Si contesta el señor, le daré justo el doble y eso tenlo por seguro.
Despues de meditar otro rato el criado le dice a su señor, "ya se lo que deseo y es que me cortes una oreja de inmediato"). 


Hablando de otro tema mas entretenido os comento que he descubierto el placer de escuchar un libro en lugar de leerlo.
Mi vista va a menos, me cuesta centrarme en la lectura despues de pasar horas pegado al pc., la tablet, el movil, y todo los artilugio electronicos, asi que ahora por fin he descubierto buenos libros leidos, o actuados, por buenos artistas que dan vida a los distintos personajes que figuran en sus páginas.

Antes apenas había libros leidos bien en Español, no había tradicción respecto a ese apartado de la literatura. Casi todos los audio libros eran en Ingles, tradición anglosajona de años, y para todos nosotros que no dominamos bien pero que muy bien, esa lengua era francamente dificil poder escucharlos con un mínimo esfuerzo. Ni tan siquiera con un gran esfuerzo, pues en mi caso despues de intentarlo con algunos solo conseguí escuchar una decena a lo sumo.

Ahora me deleito con "La Casa de los Espiritus" de Isabel Allende, a mi entender una de las novelas que más me ha gustado y que merecería por ella misma un Nobel de literatura.


Olvidemos la política y pasemos buenos ratos con la literatura, la música o el cine.
Ganaremos mucho más y nos enriqueceremos a tope.

el gatufo




EVITAR O NO EVITAR

 

Amberes   Belgica

A veces no puedo evitar mis recuerdos y viene a mi memoria el mundo de antaño cuando era un niño y pienso en que m
e crie en un mundo austero de posguerra donde carecíamos de todo. 

España era un país pobre, hambriento, represivo, donde las libertades individuales o colectivas habían sido segadas o arrancadas de cuajo tras una larga guerra civil que enfrentó hermanos contra hermanos, vecinos, familias, amigos y acabó con mas de un millón de muertos en batalla y fuera de ella, asesinados, masacrados, enterrados anónima mente por ambos bandos en liza.


Despues de esto hubo una gran represión por parte de los vencedores, la dictadura, que se cobro decenas de miles de vidas y ya nadie se atrevía a opinar, reunirse, o crear conflictos de ningún orden.
No existía el derecho de huelga, reunión, asociación, ni por supuesto los partidos políticos.

La policía "secreta", la secreta como se decía entonces, pedía la documentación en cualquier lugar, más cuando se viajaba en tren o autobús pues el control era exhaustivo y estricto.

La escasez era extrema, hasta el punto que se emitieron cartillas de racionamiento para los productos básicos acordes con el número de miembros de una misma familia.
Se iba a la tienda cuando llegaban noticias de que un producto había llegado, aceite, patatas, azúcar, harina, sal, o cualquier otro suministro vital para subsistir.
Tampoco había carbón o leña para encender la lumbre y poder cocinar.

La carne era artículo de lujo, escaso, y el pescado no entraba a ser considerado como alimento pues la flota pesquera había desaparecido.

Dos nenas y un varón,que era el niño de la mamá, esa era mi familia de crio, y aunque no había demasiados mimos y se pasara francamente mal, el pequeño era quien recibía más cariño. 
Me sonrío y pienso en mi madre ya fallecida.
Cuanto la echo de menos, siempre la echaré de menos, hasta que me reúna con ella.

Pienso en aquellos pequeños, yo y mis dos hermanas, a los que la realidad de entonces no les influía, no se enteraban de nada, vivían la vida que viven los críos siempre propicios a jugar y a hacer travesuras que sacaban de quicio a su madre la cual no solía estar de buen humor con tanta escasez y sin dinero para alimentar a sus hijos como ella deseaba.

Recuerdo el hambre que se pasaba, con guerra, la segunda mundial, y después de ella. 
Fue mucho peor cuando acabó la guerra en Europa, España quedó aislado con un bloqueo internacional por haber apoyado tácitamente a los perdedores, las fuerzas alemanas y a su sangriento dictador Hitler.
No obstante para mis hermanas y para mi la vida parecía grata, éramos niños al fin y al cabo y no conocíamos otra cosa, en casa no había casi de nada, no había teléfono, ni lavadora, tampoco nevera, ningún otro electrodoméstico que ayudara en las faena doméstica.
Solo los ricos y enchufados podían tener algo semejante, o una "chacha" o sirvienta que les hiciera los trabajos duros como limpiar, fregar y cocinar.

Nosotros teníamos una radio de segunda mano, unos cuantos libros heredados de nuestro abuelo y nada más. Algún tebeo viejo y sobado, y pipas de calabaza para matar la "gusa".

Pasábamos mucho frio, y nos asfixiábamos en verano, igual que todos, queríamos refrescarnos teníamos el botijo y la fuente pública frente a nuestra calle.
Se dormía la siesta, a jugar por la tarde. La calle era nuestra escuela.
 
Vivíamos a las afueras de Madrid, en el barrio de Tetuan de las Victorias, y éramos unos privilegiados en relación con nuestros vecinos, mi padre trabajaba todo el día con dos empleos de oficina.

No era trabajador manual, se levantaba a las seis y media de la mañana, volvía a las diez de la noche.
Cuando llegaba a casa nosotros estábamos acostados y el estaba demasiado cansado para intentar despertarnos.
El estraperlo y acaparamiento de alimentos era la tónica común en todos los lugares, de forma que la dictadura imperante estableció unas aduanas o barreras en las afueras de las poblaciones que impedían el tráfico o libre circulación de cualquier alimento entre los distintos territorios de España.

A estos organismos se les llamaba "oficina de abastos" y se encargaban de controlar, inspeccionar, y denunciar abusos en la composición o distribución de los alimentos, controlaban pesos y medidas en las tiendas de ultramarinos y panaderias.

Se aguaba la leche, el vino, se mezclaba la mantequilla con otras grasas, el aceite era escaso y a granel mezclado con nadie sabia que, el azúcar era inexistente, el café había desaparecido, se tomaba achicoria como sustituto del café y en las familias se acostumbraba a racionar todo, el pan, la margarina, la poca carne o cualquier alimento que remediare el hambre generalizada.

Para estos tres niños, mis hermanas y yo mismo,  la vida transcurría llena de aventuras, no sabían de vida y las penalidades formaban parte de la rutina no ansiando un cambio de vida hacia mejor pues simplemente no sabían en que consistía eso.

¿Una vida mejor que la que llevaban?, que disparate, estaban casi todo el día jugando en la calle tras salir de la escuela, y se lo pasaban bien imaginando que eran héroes de los tebeos de entonces, "El Guerrero del Antifaz", "El Capitán Trueno" o "Roberto Alcazar y Pedrín" entre muchos otros.
No todos los tebeos estaban a nuestro alcance, mirábamos "Superman" con cara de bobos sin reunir las pesetas necesarias para comprarlo.

Nos gustaban los de "Hazañas Bélicas" pero eran muy caros también, solíamos mirarlos con envidia cuando los veíamos en cualquier kiosko del barrio o en las manos de algún amiguete mayor.

Los cromos nos fascinaban, los había de las películas que estrenaban entonces y para nosotros todo era como de cine, al llegar a casa era cuando volvíamos a la realidad, las malas caras, los azotes en el trasero, la escasez y los malos humos.

El cine de barrio era nuestro refugio y pugnábamos por ir al menos un día a la semana a las sesiones de infantil, donde los peques del barrio atestaban el recinto de pie, sin asiento, ¿y que nos importaba eso?. Éramos felices viendo una del oeste o quedábamos con la boca abierta viendo las casas de los americanos en una comedia de las de entonces.

Que bien se vivía en America, pensaban todos, tienen de todo e incluso dejan comida en los platos.

+++++++

Encuentro ciertas semejanzas entre el pasado y la crisis que estamos viviendo ahora.
Comedores sociales, miseria, gentes que rebuscan en la basuras, inmigración, tristeza, paro y sobre todo desesperanza. 

Pensaba que nunca volvería a verlo de nuevo.






el gatufo 

NO DEBIERA SER





Hace dos años nos tocaba esperar a que venga Leticia, a la una del mediodía, que es la nueva fisioterapeuta que contraté para Cuca.
Era el primer día que vino y también la primera vez que en bastantes años mi esposa iba a recibir rehabilitación para su enfermedad "Esclerosis Múltiple".
No es barato, en absoluto, y mucha gente no se lo puede permitir a domicilio, ni tan siquiera en la clínica la mayoría de las veces, por lo que tienen que reclamar una y otra vez para que el neurólogo le autorice el tratamiento.

Tendría que ser una atención fija, continuada, asequible para quien no tiene medios, y no es así.

En este supuesto país que atiende a sus enfermos, que dicen gozan de la mejor Sanidad, ni tan siquiera llevan una estadística de enfermos de esclerosis, como tampoco la llevan de otras dolencias crónicas como la Hepatitis C, por ejemplo.

Es seguro que en muchos lugares, infinidad, todo estará peor que aquí. Lo que enfurece y enfada es que de continuo nos digan una y otra vez que nuestra atención sanitaria es de las mejores del mundo.
Y yo me pregunto, ¿que no es en España lo mejor del mundo?, por que la frase es de continuo.

El mejor vino del mundo, el mejor clima, la mejor sanidad del planeta, el mayor índice de vida, el mayor porcentaje de trasplantes del universo, el mejor aceite que se cultiva en el globo, la vida mas alegre y animada de todos los países conocidos, los mejores trenes, AVE, de Europa y resto de naciones desarrolladas, el metro suburbano mas adelantado y moderno que se conoce, el mejor Jamón Pata Negra, las mejores guitarras que se fabrican, los mejores equipos de futbol del universo deportivo. 

La lista sería interminable, y cansa escuchar de continuo lo buenos y maravillosos que somos en todo.

Pues va a ser que no.

Que no es así, que no me lo creo en absoluto, por lo poco que he viajado veo que en algunas facetas somos de lo peor del mundo desarrollado.

Y ya no es de recibo ese bombardeo publicitario machacón y repetitivo de lo adelantadas y modélicas que son las instituciones en este país llamado España.

Pides cita para el especialista y te la dan en meses, solicitas atención para problemas específicos de enfermedades crónicas y tardan años en dártela tras rellenar innumerables documentos y presentando certificados de toda índole.
Leyes a tutiplén que no se cumplen, cansancio generalizado ante barreras administrativas que no cesan.

No se vive tan bien ni la atención es tan maravillosa. Si tienes dinero, en cantidad, la vida puede ser realmente buena. Como en cualquier otro sitio, supongo y de hecho algunas veces he pensado marcharme a cualquier otro lugar mas civilizado y democrático que este.

Pero, ¿cual?, y teniendo en cuenta mi edad y circunstancias personales no es posible, están verdes como decía la zorra al no alcanzar las uvas, por tanto mi actitud debiera ser simplemente creerme que lo que escucho de continuo es cierto. Que este es un país de maravilla, que todo funciona a la perfección, que nuestra Sanidad es la mejor, que estamos atendidos mejor imposible.

Para que seguir, hoy estoy contento pues Cuca recibirá atención y cabreado por que la he tenido que buscar y pagar personalmente.




el gatufo

QUIEN ES LIBRE




Quien esté libre de haber vivido un sentimiento de bondad, ese que nos hace sentir mejores, a gusto con nosotros mismos y que siempre es  fruto de nuestro envanecimiento al crecer el ego por sentirnos generosos o solidarios, quien esté libre repito de estas vivencias y no haya cometido infinidad de tonterias o estupideces que alce la mano.

A veces nuestra gilipollez o tonteria bonachona no tiene límites.
Nos agrada sentirnos compasivos, buena gente, es un sentimiento que llena nuestro espiritu de agradables sensaciones y nos impide ver lo idiotas que podemos llegar a ser.

Y es que cuantas veces confundimos los halagos con la sinceridad, el pasa manos con la honestidad, las huecas manifestaciones de afecto con sincero cariño, y así seguimos por meses, años, hasta que el globo hace plaf, y despertamos de nuestro estupido e irreal sueño.

No somos mejores, somos idiotas envanecidos por nuestra supuesta bondad con personas que en realidad no lo merecen.

Y con buenas palabras, halagos, penas, lloros y otras historias, nos mueven a hacer cosas que objetivamente jamás hubieramos hecho en circunstancias normales.

La soledad, necesidad, o carencia de afecto conduce a las personas que lo sufren a cometer autenticos disparates.
Unos legan sus bienes a quienes con halagos pareciera que les quieren, les visitan, les adulan o los cuidan esperando ser recompensados con creces.
Los asilos y hospitales estan llenos de ancianos solitarios que agradecen la mas minima muestra de amor, real o aparente, quien puede saberlo en su situacion y dejan su dinero a quien se lo ha trabajado a conciencia, con avaricia disimulada y falsos afectos.

No todos obran de forma artera, hay buenas gentes que si merecen ser recompensados por haber dedicado mucho de su tiempo a visitar, cuidar y consolar ancianos desprotejidos.
Hay de todo, afortunadamente, aunque siempre hay que tener la debida cautela que suele ser dificil en una mente debilitida por la edad.


Cuando se despierta a la realidad las consecuencias son desconfianza, pena, insatisfacción propia por ser un iluso o un ingenuo, y en muchos caso perdida de un dinero confiado o prestado sin ninguna garantia.

¿Quien no ha cometido en su vida algún craso error de esta índole?.
Yo desde luego los he cometido, no estoy libre de sentirme un "estupido confiado" y a nadie puedo pedir responsabilidades por haberlo sido.

Durante algunos días me repito una y otra vez "pero que tonto estupido has sido", aprende gili, cuantas tonterias has venido haciendo hasta justo hace un par de meses por el simple hecho de creerte mejor de lo que en realidad eres.
No eres mejor, casi nadie es mejor, somos vanidosos y propensos a dejarnos engatusar por melosas palabras de un afecto que en realidad no existe, nunca ha existido, pero es tan bonito sentirse querido aunque nos falseen ese sentimiento.

Y es que no tenemos remedio, somos propensos al roroneo meloso en nuestros oidos y a sentirnos queridos.

Ilusos.

A veces se aprende perdiendo, y afortunado siempre es quien no pierde más de lo que pueda soportar, y en mi caso puedo. Espero aprender, aunque me permito dudarlo.

Ciento y una vez se tropieza en la misma piedra,  "la vanidad"




el gatufo

TODO CAMBIA






Que queda de la persona que fuimos cuando han pasado cuarenta años?

Nos obstinamos a veces de que todo siga igual, de que los sentimientos sigan imperturbables, de que los amigos de la juventud o de la niñez sigan siendo amigos, y de lo que nos ilusionaba hace mucho tiempo siga ilusionándonos igual que cuando críos nos ilusionaba cualquier cosa.

Por que por la mente pasan tan pocos años aparentemente, y en realidad han pasado de veras.


Somos tan estúpidos como para no darnos cuenta que nada es ya igual que cuando teníamos quince, veinte u ocho años.
O cualquier otra edad en realidad, bastan diez años o menos para que todo cambie.

Al menos yo me empeño en que los sentimientos continúen imperturbables y es una ilusión vana. Hasta me lo llego a creer, no obstante hay días en que te das cuenta que vives rodeado de una ilusión que no es real.


Hoy es uno de esos días.


Todo ha cambiando dentro y fuera de uno mismo. El cambio es lento, imperceptible pero se va produciendo sin que nos demos cuenta ni tan siquiera de un año para otro.


El cuerpo cuando ya empieza a decaer si que lo nota, y cada vez mas rápido según somos adultos, mayores, pero la mente?.

Parece que solo la demencia senil, el Parkinson, o el Alzheimer cambia el cerebro de las gentes y nada hay mas lejos de la realidad.

Es de ilusos, y yo lo soy, pensar que somos la mismas personas de antaño, que los amigos siguen siendo amigos y en otros casos, no el mio, que el amor perdura.
Digamos que si perdura se va transformado y la amistad es una vana ilusión de antaño.


Quizás hoy me doy cuenta de ello, tiene que pasar algo que te abra los ojos y te haga ser consciente de que nada es ya igual.

En fin, no deseo ser pesimista, a veces los cambios no son para peor. Se viven otras situaciones diferentes y las ilusiones varían, igual que las personas, y cuando sucede algo bueno/triste o como queráis llamarlo te das cuenta de que tu mismo ya no eres el que eras, que esa persona que considerabas amante, amigo, ya no lo es porque ha cambiado igual que tu mismo.


No somos piedras que tardan cientos de años en ser pulidas, nosotros nos vamos puliendo, cambiando, deteriorando mucho mas aprisa. 


 




gatufo

DIAS SEMEJANTES







Un día como como hoy años ha hacía calor. 
Tanto como para estar harto del verano. Y no podía más.

Tenías trabajo entonces?. Que pregunta, estoy retirado solo he venido cuidando de mi mismo, de Cuca y de mi gato "El Gatufo" durante los últimos años. 

Me encontraba muy cansado y mi cabeza bullía de preguntas sin respuesta.

Aunque si que podría haber recuerdos del pasado si escribiera notas
de mis vivencias, y si, puedo aprender algo de ellas cuando de vez en cuando las releo.
Pero sobre el año pasado no necesito notas, todo sigue inmutable dentro de mi cabeza, de mi alma, o como quiera llamar a los recuerdos.

No escribo para el futuro, nadie lo conoce afortunadamente, pero si para que el pasado me sirva de alguna enseñanza.
A veces lo es, o simplemente me sirve de desahogo, justo lo que estoy haciendo ahora.

Días y días todos semejantes  que no han dejado recuerdo alguno a no ser que vivas tiempos de soledad, desgracia o sufrimiento, esos días no se borran y forman parte de tus vivencias.
En esos momentos es cuando se necesita escribir, y yo no lo hacía pues no tenía ganas en absoluto de releer o ponerme a escribir.
Para que o para quien?.



Soy así, la normalidad se amontona y no deja recuerdos, solo la desdicha, el dolor o el gozo deja vestigios en mi o en tu memoria, los suficientes para recordar que sufría/as, éra/s afortunado o simplemente te sentías vivo o con ganas de seguir la lucha cotidiana.

El año pasado mucha gente estaba tan cansada o mas que yo, no podía mas de tanto sufrimiento, sin trabajo, sin casa, sin futuro. Muchos no soportaron más y se fueron.
Tomaron la decisión de marcharse para siempre y dejar de sufrir la incertidumbre de seguir vivos.
Y ahora es como si nada hubiera pasado, quien los recuerda?.
Grecia, Italia, España por mencionar algún país, desde donde se fueron los que ya no soportaban más y pusieron fin a todo, incluida su vida. 
¿Quien los recuerda?. Es como si nunca la desesperación hubiera existido, no escribieron, no hay registro de su angustia, un día se fueron y ya está.
Causó extrañeza su decisión, una nota en el periódico si acaso, y que pena....nada más.

NO es mi caso, no tenía esos motivos en absoluto, pobres lo que se fueron, ellos SI tenían motivos de sobra para su desesperación.

Yo si recuerdo septiembre del año pasado, y no es  por lo escrito, no escribí nada y es justo por por eso, por la ausencia de registros escritos ante la desesperación cotidiana un día y otro más.


Un momento, con quien hablo, tu que preguntas quien eres?.
Tu conciencia, o tu interior como quieras llamarlo.


Si es así, entonces seguiré no hablo para nadie, solo para mi mismo o para quien desee leer esto, no serán demasiados pues no nos gustan las tristezas ajenas, menos las nuestras.

Cuando consulto este Blog veo que en Septiembre del 2012 no escribí nada, ni una nota, igual sucedió en Octubre, pero previamente en Agosto solo hice una entrada, y en Julio hice tres relativas a los Juegos Olímpicos de Londres.

Esta significativa ausencia de comentarios resulta mas elocuente sobre lo que me ocurría hace un año que ningún otro relato que pudiera haber escrito entonces.

El sufrimiento interno persiste cuando miro hacia atrás, tardará en borrarse cuando uno piensa que se mueres, o cuando deseas hacerlo como prioridad ante el cansancio de no tener esperanzas ni cura a tu depresión.

Cuantas veces he iniciado esta especie de memoria?, tres o cuatro?, por lo menos, y ya es raro pues no inicio, escribo directo y ya está, sale sin más. 
Ya habrá tiempo de releer y corregir.

Para los que se fueron no hay palabras ya. Como hojas secas y marchitas les arrastró el huracán desatado por una crisis incompresible para tanta gente.

Solo los que siguen sufriendo, o los que tienen memoria pueden recordar lo que fue el verano pasado, el año pasado, este año que continua como si nada de lo sucedido hubiera acabado con las esperanzas e ilusiones de millones de personas barridas por la llamada crisis.

Yo lo único que puedo recordar es que estaba bien jodido de verdad.

Quince kilos menos, sin defensas, una anemia brutal, me faltaban fuerzas para andar diez minutos seguidos, Rodeado de espectros cuando salía a la calle, parecidos a mi algunos, otros pirados por la bebida, el paro o la desesperación de no tener nada y así un mes seguido de otro.
Por estas fechas una gran depresión motivada por el estado físico calamitoso de este sujeto que soy o era yo mismo.
Abril, Mayo, Junio, Julio, Agosto, Septiembre, Octubre, Noviembre y Diciembre del 2012, notas en este blog 18 en total.
Inexistente en realidad, tal y como estaba yo. 
Inexistente igual que muchos otros, lo peor es que ellos/ellas si dejaron de existir.

En mi caso sigo, escribo, mas que nunca, la misma persona y escribe como un poseso. 910 notas de mayo a septiembre, con esta 911.

Que ha cambiado?.
Exteriormente poco, el mismo o parecido calor, la misma persona pero con 15 kilos más, con valores sanguíneos adecuados y SIN DEPRESIÓN.

Somos como masilla, un laboratorio inexplicable del que pensamos tenemos el control.

Y NO, no tenemos el control.

Si lo tuviéramos muchos de los que se fueron podría leer esto, su vida hubiera cambiado, quizás a mejor, como la mía.

Quien tuvo el control en mi caso?
No lo se, acaso DIOS?.

Prefiero creer que si, que EL me salvó para hacer justo lo que hago. Pregonar, denunciar, animar, en definitiva escribir.


el gatufo


CURAR HERIDAS



Heridas propias o ajenas, pero es necesario restañarlas para intentar curar nuestra alma, nuestro espíritu o quizás simplemente nuestra mente o la estabilidad que nos mantiene cuerdos día tras día.

Hemos sufrido, hicimos daño, nos lo han hecho, por lo cual debemos curar al amigo del perjuicio afectivo que le causamos y haciéndolo también curaremos nuestra conciencia y ganaremos en salud y tranquilidad.

No es fácil ni sencillo, pero lo bien que uno se queda cuando sin preámbulos damos un paso al frente, mandamos un mail, hacemos una llamada, o subimos a pedir disculpas por nuestro error, por el daño causado, por la incomprensión generada por una actitud incomprensible de nuestra parte.

La herida se enquista, la incomodidad crece dentro de nosotros y ya ni nos atrevemos a mirar o encontrarnos con esa persona a la que hicimos daño y que al final confundimos causa o efecto pensando que nuestra actitud era justificada y preferimos pensar en otra cosa.





Nunca vamos a curar el alma pensando que la razón está siempre de nuestra parte. 
No sirve tratar de pasar página y pensar en otra cosa, la culpa corroe, la incomprensión propia se acrecienta y al final desarrollamos  un corazón de piedra incapaz de sentir empatía hacia los demás, hacia el amigo, hacia nuestro vecino, nuestro compañero de trabajo, hacia nuestra pareja.

La vida del solitario nunca llegará a ser plena, siempre le faltará la sensación de ser útil, de sentir amor, de entregarse, pedir perdón, solicitarlo, otorgarlo, ser amado.

Hagamos el esfuerzo y pongámonos en el lugar del otro, veremos entonces sus razones, comprenderemos mejor sus sentimientos, veremos como y cuando le ofendimos, entonces ha llegado el momento de pedir perdón. 

Decirle lo siento, entiendo tus razones y quizás así el pueda entender mejor las tuyas y la paz, el sosiego producido al reconocer nuestro error o nuestra falta de empatía, haga el milagro de curar nuestra alma, volveremos a sentirnos en paz con nosotros mismos y habremos mejorado como personas capaces de reconocer sus errores.


Con amor.




el gatufo

LA HUIDA




 

Huyamos lejos de todo




Todo va bien o mejor, millones de españoles y extranjeros han aprovechado la semana santa para generar caja en hoteles, restaurantes, gasolineras, autopistas, chiringuitos de playa, y de paso crear miles de puestos de trabajo instantáneos que se esfumaran tan pronto pase la ola de ciudadanos ansiosos por salir de sus casas, de su rutina, de aguantarse mutuamente dentro de cuatro paredes harto conocidas.

No importa aguantar cientos de kilómetros de caravana, sufrir los rigores del tiempo que nunca es previsible. Te asfixias, te congelas o te calas hasta los huesos.

Este año ha habido suerte y todos estamos contentos pues el clima ha respondido con días de sol, temperaturas agradables y millones de desplazados llenando las arcas vacías de los lugares ansiosos por recibirlos.


Vamos a la playa, a la montaña, al apartamento, a New York, 
Italia, o cualquier lugar en el que podamos olvidarnos de la pesadez cotidiana de aguantarnos en casa, en la oficina, en el trabajo, cuando lo hay, o simplemente sumergirnos en un ambiente distinto que nos propicie un ansiado y efímero cambio.

Cuatro días de descanso en los que el ansia general es huir, escapar, evadirse, viajar, o visitar aquel lugar que tenemos siempre pendiente de ver.
Los menos son los que efectivamente descansan quedándose en su sitio, no escapando, simplemente paseando por calles y parques vacíos en los que reina el silencio.

Los edificios  quedan deshabitados y los cacos hace su agosto.

En el mío por ejemplo de once vecinos hemos permanecido en casa a lo sumo dos, y si en algún momento los dos coincidimos en salir de paseo justo en ese lapso de tiempo el edificio permanece absolutamente vacío a merced de cualquier evento inesperado.

Antaño se disparaba la alarma de alguna fábrica u oficina y permanecía sonando durante los cuatro días del merecido descanso de sus trabajadores.

¿Cuantos edificios habrán quedado sin sus habitantes?.
Difícil de imaginar aunque supongo que muchos, demasiados, demostrando la general estupidez de un huida masiva huyendo de la rutina cotidiana que nos empuja hacia cualquier parte.

Por necesidad me toco estar en un lugar de playa durante cuatro años mientras construían mi casa. De ciento cincuenta mil habitantes durante el invierno se pasaban repentinamente a millón y medio en semana santa.

Un alfiler que cayera de punta sobre la playa no se clavaria en la arena, lo haría en la carne de algún bañista o a lo sumo en su toalla.
Un auténtico infierno que duraba seis o siete días y del que deseaba evadirme como fuera. 
La solución siempre era hacer compra para ocho o diez días y no pisar un comercio ni por supuesto la orilla del mar en los cuatro días álgidos de invasión masiva.

Cuando llovía daba pena ver a tantísima gente desorientada, sin saber que hacer, refugiándose en algún bar y mirando el cielo por ver si escampaba.
No habrían estado mejor en sus casa, me preguntaba, sin hallar una respuesta razonable.


Se fomenta e interesa que todos salgan, que gasten, que se genere consumo masivo.
Dicen que así la economía crece, los trabajos (efímeros) aumentan y luego te apabullan con cifras de llenos al ciento por ciento.






Maravilloso, medito o pienso, que bien se está en casa, en mi ciudad, paseando por parques desiertos o aparcando donde a uno le venga en gana y ver una buena película sin ningún agobio multitudinario.


el gatufo