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Mi mas oculto deseo fue siempre ser escritor y aprender varios idiomas. He llegado a defenderme bien en Ingles y chapurrear algo de Frances. El cine y la fotografia me fascinan. La música, de todo tipo, ha sido siempre mi relax. La amistad la valora mas que a nada en la vida.

miércoles, 1 de abril de 2015

UN DIA CUALQUIERA (relato 2 parte)






Sigo mirando la televisión sin verla, no presto atención a lo que dice el locutor, ¿problemas técnicos?, que extraño.
¿Todas las cadenas con problemas técnicos?, no me lo creo y no digo nada para no empeorar los temores de las dos mujeres.
El niño, Pedrito o Tony?, le llamaré Tony, está acurrucado contra su madre y sigue sin hablar aunque su cara ya no muestra la tensión que tenía hace unas horas.

Salgo del salón y conecto la rádio, alguna emisora habrá que diga lo que está ocurriendo, pienso, tengo suerte y así es.
Logro captar una emisora pirata donde están diciendo que el ejercito ha tomado todas las cadenas de televisión y radio, desean controlar lo que se emite para que la gente no se alarme mas de lo que ya está.
La consigna es "que no cunda el pánico" con noticias adversas.
No son conscientes de que cercenando la información la gente se alarma mucho más.

Ya hay altercados y manifestaciones en varias ciudades europeas.
En París y Londres se han reprimido con dureza manifestaciones multitudinarias y hay cientos de detenidos y varias víctimas mortales.
La gente quiere saber que está pasando y que medidas está tomando su gobierno para enfrentar el problema.
 
Nada mas fácil que pedir medidas para atajar el problema, pero ¿cuales?. No se me ocurren, yo soy un jubilado de 65 años que a duras penas puedo cuidar de mi esposa y llevar mi casa, que voy a saber de atajar problemas de esa índole global si ni tan siquiera puedo solventar los míos propios.

Me prejubilé de mi trabajo en un banco con 52 años. A los tres años de prejubilarme y creerme libre de tareas le diagnosticaron a Maria "esclerosis múltiple" con lo que tomé las riendas de la casa y comencé a cuidarla.

Previamente ella había cuidado de mi y de mis tres hijas. Lo había hecho con amor y dedicación total. 
La deuda de amor con ella era enorme, impagable, además, ¿Quién iba a cuidar de ella mejor que yo?. Creo que nadie, y ella solo aceptaba que fuera yo quien se hiciera cargo de ella misma y de la casa.

Mis hijas ya no estaban con nosotros, tenían su propia vida, y María no deseaba involucrarlas en absoluto en nuestros propios problemas.

Retomo la realidad de lo que sucede y dejo de pensar en mis asuntos que no le interesan a nadie.

No se que hacer, ¿salgo a comprar más pilas?, serán necesarias si se va la luz, y también velas, cerillas, e incluso algún hornillo de alcohol o gas para hacer la comida si no puedo usar la cocina.

Es necesario hacer una lista con lo mas necesario para permanecer y aguantar en la casa el mayor tiempo posible.

Medicinas también, tengo que pasar por la farmacia antes de que se les ocurra controlar los medicamentos.

María no toma casi nada, un medicamento que le alivia sus dolores, es un antidepresivo "fluoxetina" pero tengo que tener receta del doctor.
¿La pedirán ahora con esta situación?, espero que no, aunque tengo otra caja para pasar casi treinta días.
En mi caso necesito analgésicos, ¿quien no?, alcohol, algún desinfectante,  piensa, me digo.  
 
Haz una lista cuanto antes de todo lo necesario y sal a la calle antes de que sea demasiado tarde.

Tengo que calmarme y pensar con frialdad. ¿Y el niño?, ¿Qué necesitará un crío de esa edad?. No recuerdo su edad si es que me lo dijo su madre, aparenta seis años, pero no lo se, tendré que preguntarle a Gloria, ella me dirá lo que el pobre precise.

¿Algún calmante?. Pero un crío pequeño como el no toma calmantes, estúpido me digo, piensa, piensa y no pierdas tu la cabeza, a ver si los calmantes los vas a necesitar tu mismo.

No sería raro, hace dos años tuve una depresión espantosa, pensaba que no saldría de ella.
Salí, sigo tomando la medicación que toma Cuca, mi esposa, el genérico "fluoxetina" que hace años se comercializó con la marca "Prozac", incluso se escribieron libros sobre ello.

A quien le importa eso ahora, emiliano, vuelve en tí y déjate de historias.



Salgo de mi ensimismamiento, me están llamado y no será la primera vez.

Cuca, (apodo cariñoso) me dice que van a dar un comunicado oficial en diez minutos, han dicho que se ruega estén muy atentos y se sirvan difundir el comunicado a familiares, amigos, o vecinos, es muy importante que se tenga en cuenta.

Me temo lo peor, y confirmo mis sospechas cuando aparece el presidente flanqueado por los jefes militares y de la policía.
Se dirige a los españoles en una breve locución y nos comunica que de acuerdo con el gabinete de urgencia constituido en Bruselas, para toda la Unión Europea, a partir de mañana queda establecido "el toque de queda" para todos los territorios de la Unión.
Estará vigente desde las doce de la noche hasta las seis de la madrugada, solo las personas que deban trabajar por la noche o cumplir cometidos necesarios tendrán un pase especial para circular y deberán pedirlo hoy en sus empresas u organismos oficiales.
Se hace por el bien de todos, añade, y ante lo extraordinario de la situación, algunos de los derechos constituyentes de los ciudadanos quedan en suspenso hasta que tengamos pleno control de lo que está sucediendo. 
 
El anuncio va crear el pánico que aún no estaba desatado. Mis proyectos de surtirme de lo más necesario para sobrevivir se hacen más difíciles. Hoy mismo tengo que salir si quiero traer algo de lo necesario. 

Salgo ya, le digo a Cuca y Gloria, voy a comprar algunas cosas antes de que se acaben.
Agarro mis tarjetas del banco, un puñado de billetes, mi bandolera, ¿y un arma, pienso?. No de momento, no seas exagerado, además que arma, ¿un cuchillo?
No tienes otra cosa y eres incapaz de usarlo. 
¿Te has vuelto ya loco?. 
Desisto, y salgo rápido sin esperar el ascensor que siempre se demora o me puede dejar atrapado.

La gente está saliendo de sus casas, quieren acaparar lo que sea antes de que se agote, han pensado lo mismo que yo y ya nadie atenderá a razones.

No hay nadie en los cajeros de los bancos de la zona, los cajeros no suministran ningún dinero y algunos están rotos.
Tengo que apañarme con el efectivo si es que encuentro algo que comprar.

Tumultos en todos y cada uno de los supermercados controlados por el ejército. Ya nadie hace fila y todos desean entrar a la vez, agarrando lo que puedan y sin pagar, no hay tiempo ni empleados.
Se escuchan disparos, al aire espero, y en vista del panorama me dirijo a alguna de las farmacias que me pillan cercanas.

Dos, tres, cerradas a cal y canto. 
Por fin veo una que tiene luz y algunas personas esperan fuera.
No hay tumulto como en los supermecados, pregunto y me dicen que si, despachan incluso sin receta.

Cuando estoy frente al mostrador pido todo lo que se me ocurre, el joven que me atiende me dice que solo un envase de cada medicamento por persona. No más, sea usted solidario, me comenta.
O.K., joven, pero es un tratamiento crónico continuado. Necesito al menos dos o tres cajas de "fluoxetina", y también de anti inflamatorios, le digo que mi esposa padece "esclerosis múltiple", está bien señor, pero no abuse.
Me da tres envases de medicamento, dos de los anti inflamatorios, alcohol, agua oxigenada, vendas, dos o tres de  analgésicos, y nada más, es suficiente
comenta.
Pago lo que me pide sin pensarlo y salgo rápido no sea que se arrepienta. 
Se ha corrido la voz y empiezan a aglomerarse un gran número de personas en la puerta.
Menos mal, pienso, he llegado a tiempo gracias a Dios.

Ahora a buscar una ferretería o una tienda de todo a un euro. 
Estás últimas están en manos de la comunidad China. Confío en que alguna esté abierta y queden existencias.

Voy peregrinando de una tienda a otra, todas están sin existencias y algunas incluso saqueadas, hago memoria y recuerdo una pequeña situada en un pasadizo muy poco transitado.
Está abierta, e inmediatamente entro y voy rápidamente agarrando todo lo que pillo. 
No quedan demasiados artículos, pero tomo una linterna, varios envases de pilas, alguna herramienta, clavos grandes y un gran martillo, cerillas, velas, envases desechables, bolsas de basura, y en fin un gran stock de todo lo que se me ocurre según lo veo en los estantes medio vacíos ya. 
Compro una gran bolsa de lona e introduzco todo lo comprado en ella.
He comprado también un hacha y un machete, no quedaban nada más que dos, sin pensarlo me apodero de ellos y los llevo colgados de mi cinturón cuando salgo de la tienda. A penas queda nada, varios compradores estaban haciendo lo que yo, llevándose todo prácticamente.

A buen paso y alerta me dirijo otra vez hacia mi casa.
 
A salvo por hoy pienso, según abro la puerta y escucho las voces de Gloria, Cuca y el niño. 
Será posible, ya está diciendo algo el pequeño, no quiero entrar y asustarle. 
Si lo hago seguro que se callará, así que entro en silencio, agarro a Gatufo que me está esperando y me voy con el al estudio donde tengo mis cosas.
Deposito en el suelo, con cuidado, las compras e inmediatamente mi gato comienza a oler las bolsas. Siempre quiere enterarse de todo lo que entra en la casa y no parece contento teniendo un crío dentro de ella.

Me esperaba pegado a la puerta de la calle y enseguida se ha tirado al suelo para que le rasque la barriga.
Que suerte tienes Gatufo, pienso, tu no te enteras de nada de lo que está pasando ahí fuera.

Pongo la radio, y trato de sintonizar alguna emisora del otro lado del Atlántico. 
Al fín, creo entender que es Saint Paul, en Minnesota, USA, están dando noticias de lo que ocurre en Canadá. 
Dicen que el desastre no ha sido tan enorme en las remotas regiones de la British Columbia, parece ser que grandes bosques de las Rocosas se están salvando hasta el momento del desastre.
 
Alaska también está a salvo, dicen, recomiendan que la gente permanezca en sus casas, dentro de sus ciudades,  y no se precipiten hacia las regiones que aún conservan los árboles.
Piensan que si se cuidan reservas de la floresta, posteriormente se pondrán volver a trasplantar, lo que sería una muy buena opción para intentar salvar el planeta.

Buenas noticias, ¿que digo buenas? son maravillosas noticias que me suben el ánimo como nadie puede imaginar.
El mundo no se acaba hoy, Dios es misericordioso con el genero humano después de todo y no quiere borrarlo de la faz de esta tierra aunque lo merezcamos.

Hace dos años mi fe había desaparecido del todo desde no recuerdo cuando, era un agnóstico convencido de años, después de pasar una severa depresión mi mente y mi espíritu dieron un giro de ciento ochenta grados y ahora si creo, o al menos lo intento con fuerza un día tras otro.

Siento que Dios está ahí y nos escucha, a pesar de que no lo creamos o no nos sintamos solidarios a este sentimiento de fe.
Escuchando esta noticia una profunda alegría se
va extendiendo dentro de mi. 

No todo está perdido para el hombre, ¿aprenderemos alguna vez a no maltratar esta tierra que nos acoge?. Esto será un aviso definitivo, ojala lo sea, y tengamos una segunda oportunidad.
Me esfuerzo por contener mi alegría y no dar falsas esperanzas a mi gente. 
Canadá o Alaska están muy lejos, y quien me dice que dentro de unos días ¿no estarán igual que Europa?.  
Calla, no seas pesimista, me digo,  y piensa que no va a ser el fin de todo.

Voy a ver a Cuca, Gloria y el pequeño. Se escucha la televisión y permanecen muy callados.

 Cuando llego veo que están dando justo la noticia. 
Hay masa forestal en algunos lugares, dicen, 
Confían que en otros remotos sitios de la tierra puedan conservarse árboles, y recomiendan que no perdamos la calma ni la esperanza. 
Es una crisis que pasará, dicen, aunque no saben cuando.

De momento el "toque de queda" sigue vigente para mañana en toda Europa y recomiendan no salir a la calle. 
Los soldados y la policía tienen órdenes precisas de no permitir circular a nadie que no tenga en regla el permiso. Si ocurre alguna urgencia recomiendan llaman por teléfono a emergencias y esperan, no salir por ningún motivo, esperaren a que alguien acuda a la llamada.

Nos miramos, sonreímos con alivio y la esperanza se extiende entre nosotros como un suave y confortable manto que nos consuela.
Hasta el pequeño sonríe a su madre y la abraza con fuerza. 

Ya es hora de que tomemos algo y nos acostemos, mañana será otro día pienso, un día nuevo tras esta pesadilla.

Gloria se une a mi en la cocina y me pregunta si deseo que ella prepare la cena.
Con un infinito alivio le digo que si, que por favor ponga lo que se le ocurra y le indico donde guardo las provisiones.
No hace falta que le diga que sea austera con las raciones, nos tienen que durar lo más posible, ella lo sabe de sobra y pienso que hará lo correcto.

Voy preparando la habitación para ella y su hijo, seguro que estarán muy cansados y confirmando mi pronóstico en cuanto cenamos se retiran al cuarto.

Nos quedamos solos Cuca, Gatufo y yo, el minino se me sube encima como siempre hace e inmediatamente se queda dormido encima de mis piernas.


Mi regazo o mis muslos son la mejor cama para Gatufo, ahí duerme profundamente al poco de encaramarse, y es frecuente que los dos ronquemos al unísono. 
Me relaja sentirle encima, emite un calor sumamente agradable que entona mis articulaciones y las relaja.

Pasamos un rato en silencio antes de prepararnos para ir a la cama.
En los últimos años Cuca necesita mi ayuda para acostarse. Le ayudo a incorporarse, ir al baño, asearse, desvestirse, tumbarse en la cama y finalmente dejarle acostada antes de que yo mismo lo haga.

Gatufo siempre nos acompaña, quiere jugar y se mete por el medio, entre las piernas de ella y no la deja caminar con su andador el poco trecho que hace desde la silla de ruedas al baño o a la cama.

Nunca antes habíamos rezado juntos, tras muchos años de casados en los que ella rezaba en silencio y yo dormía de inmediato, ahora lo hacemos en voz alta. Suelo ser yo quien le pide a Dios padre que nos proteja, que cuide de nuestras hijas y amigos, perdone nuestras faltas, y siempre le agradecemos estar juntos los tres en la cama.
Gatufo siempre duerme en el medio de los dos. Primero se pone a nuestros pies y cuando pasa un rato se desliza sigiloso hacia arriba y se coloca muy comodón en el medio de nosotros. Aplasta la ropa y suele dejar destapada a Cuca pues se pega a ella.

Es nuestro rito cotidiano, una vez en la cama ya todo es paz hasta el día siguiente.
Últimamente esa paz ha desaparecido de mi cabeza. Pienso en lo que está pasando desde hace días y no concilio el sueño.

Esta noche tengo un atisbo de esperanza y empiezo a sentir que no se está acabando todo.

Lo vamos a tener más complicado siendo cuatro, habrá que administrar muy bien los alimentos, pero por otra parte voy a tener ayuda con Gloria para llevar la casa y cuidar de Cuca. 
Parece una joven fuerte y animosa, seguro que se adaptará bien con nosotros mientras dure esta crisis. Luego ya buscaremos soluciones para ella y su hijo.

Con este pensamiento logro quedarme dormido y pasar página, aunque mi sueño dura escasamente seis horas, de repente estoy despierto y deseando tirarme de la cama.
El primer pensamiento va hacia los árboles, no es posible que se hayan derrumbado, ¿lo habré soñado?.
Voy al salón y atisbo la calle a través de los cristales del mirador. Los árboles de la avenida donde vivo están tirados sobre el asfalto y la acera. 

Todas las hojas secas forman montones enormes que el viento lleva de un lado para otro, haciendo del respirar una labor penosa.
Habrá miles de millones de hojas secas revoloteando por todas las ciudades, todas a la vez y sin que nadie logré recogerlas como se hacía antes.

Que hace este gobierno a parte de vigilar, disparar y controlar los alimentos. 
Tendría que limpiar las calles de árboles caídos y ramas podridas, millones de hojas en el suelo que empolvan todo. 
Las alergias y las toses que acompañan es el denominador común a todos. Incluso los que antes no tuvieron alergia ahora la están adquiriendo y las afecciones de asma tienen que estar aumentando a limites insospechados.

¿A quien le importa con la situación que vivimos?, desde luego a las autoridades no, solo se preocupan de controlar, restringir y filtrar las noticias que llegan.

Ensimismado me adormilo hasta que un fuerte ruido logra despertarme de mi sueño.
Están llamando a la puerta, no se si ir a ver quien es, no espero a nadie y no tengo el ánimo para visitas.
Insisten con más fuerza y escucho que me llaman, Emiliano abre, somos nosotros. Abre por favor, y vuelven a llamar con los nudillos.

Abro de inmediato, son amigos no esperados, viven encima de nosotros y no sabía que estaban aquí.

Gatufo no se ha escondido, tendría que haberme dado cuenta de que les conoce.


Fidel, Maria, como estaís?, pasad, pasad rápido, no me gusta tener la puerta abierta. Menos ahora.

Pensaba que no estabais aquí, que ha pasado?, no estabais en la playa?

No me contestan, si me preguntan.


¿Que está ocurriendo Emiliano?, ¿tienes idea?. Estabámos en casa de mi hija, regresamos antes pues Mary no se encontraba bién.
Presagiaba algo, ya sabes que es medio bruja.

No se que deciros, nos hemos quedado sin árboles, una extraña enfermedad o un virus que nadie conoce ha hecho que se vayan desplomando en un corto espacio de tiempo. No queda ni uno, y no se que ocurrirá.
El mal es a nivel global, y no hay prevista ninguna alternativa a la catástrofe.

¿Y las consecuencias, cuales pueden ser Emiliano?, me pregunta Mary.

Imagino que malas, muy malas en realidad.
Desde que el mundo es habitable, los árboles han estado ahí, con toda clase de animales necesitados de ellos.
Ahora se van, se derrumban y mueren, puede ser el anuncio de una tierra no habitable para ningún ser vivo, con lo que la caida de la florestas podría ser el primer paso parra erradicar la vida animal.

Optimista no eres que digamos, me contesta otra vez ella, tampoco va a ser así de negro, estoy segura de que alguna solución habrá.

Ojala tengas razón querida, pero sin vegetación no hay vida, no hay lluvia, no hay agua, no hay comida, todo acabará en un periodo corto de tiempo.
Es mi opinión, absolutamente pesimista y sin mucho criterio, pero creo que a este mundo que conocimos le queda ya muy poco.

Y nuestros nietos, que pasará con ellos?, ahora es el quien me pregunta.

No lo se Fidel, ya sabéis que nosotros no tenemos nietos, nuestras hijas no han querido ser madres. 
En estos momentos me alegro, y es que no veo futuro para ellos en una tierra tan agostada como esta.

Vale Emilliano, no sigas, tus palabras me producen escalofríos y prefiero no pensar en nada de lo que estas sugiriendo. 

Mejor así, vamos al salón que os tengo que presentar a una amiga y su hijito. 

Estoy sudando a chorros, no es lógico ya que esta acabando Septiembre, pero pareciera que el verano comienza de nuevo, día que pasa hace mucho mas calor.

La idea me viene de inmediato, ¿será que la ausencia de árboles eleva la temperatura del planeta?, y si es así, ¿hasta que grados se irán elevando las temperaturas?.

Otro problema mas en el que pensar.







Han pasado varios días desde que salí por última vez a la calle. 
No he tenido necesidad extrema de abandonar la casa para buscar algo que necesitemos, y dudo que pudiera encontrar ya nada de lo necesario.

Tenemos comida para casi un mes si la administramos. He congelado algunos platos vegetales por el tema de las vitaminas y no se si congelando verduras la vitamina C u otras seguirán en ellas.

No hay carencia aparente de esta vitamina en nosotros y quizá pronto aparecerán los síntomas de esa carencia. 
No tenemos fruta, ni productos frescos y posiblemente pronto empezaran problemas en las encías y otros síntomas indeseables que acompañan a la falta de vitamina C.

La última compra que hice fue un grupo electrógeno y combustible que raciono al máximo para suplir los cortes de electricidad cada vez mas numerosos.

Cuando se va la luz nos quedamos totalmente desorientados, pongo el grupo para el frigorífico procurando que no se pierdan los congelados, pocos ya, y para hervir agua o cocinar algún alimento para el pequeño Pedro.

Ya empieza a decir algo, le habla a su madre y a Gatufo, mi esposa y yo de momento no entramos en su mundo de silencio.

Hay peleas y homicidios en las calles. La autoridad ha desaparecido prácticamente, los agentes de policía y Guardia Civil han ido dimitiendo hartos y sin aliciente para reprimir y conservar el orden. 
¿Con que fin se preguntarían muchos si no hay de nada?. ¿Reprimir, disparar, contener a las gentes que hartas y sin esperanza salen a buscarse la vida?. No, se habrán dicho, además para que nos sirven los sueldos si no hay donde gastarlos.

No se acude a trabajar, las basuras y desperdicios inundan las calles con lo que el ambiente es irrespirable. Las ratas y alimañas de todo tipo pululan por doquier con lo que se hace muy difícil caminar sin ser agredido por ellas.
Nadie se fía de nadie, todos somos potenciales enemigos en las calles y quien tenía un arma la lleva consigo para defenderse o para agredir y robar a quien se descuide o se ponga a tiro.

Doy por hecho que algunos acuden todavía a sus trabajos esenciales, hay luz de vez en cuando, el agua sigue fluyendo del grifo a ciertas horas, incluso la televisión hay momentos que funciona para poner programas atrasados o dar algún comunicado.

También se dan noticias locales mayormente y se recomienda calma, que no se salga si no es estrictamente necesario, y también ruegan una y otra vez que no se participe en ningún tipo de protesta o manifestación pues ya no garantizan los derechos individuales de nadie. 
 
Comienza a ser el ejército el único que patrulla las calles y no se andan con miramientos. Cuando hay alborotos o agresiones, simplemente disparan y van recogiendo y amontonando los muertos nadie sabe donde.

Muchísima gente ha abandonado la ciudad de Madrid, han salido de sus casas rumbo al norte esperando llegar a algún lugar donde impere el orden y sobre todo donde no hayan desaparecido por completo los árboles.

En los grandes macizos montañosos de Europa, en el Norte, en Canadá o Rusia persisten zonas boscosas donde no se ha derrumbado por completo toda la floresta arbórea y la vida tiene cierta normalidad.

Esas zonas están fuertemente custodiadas, no permiten la entrada de extraños que invadan sus tierras y no se que hará todo aquel que ha abandonado su casa, su ciudad o incluso su nación aspirando a ocupar un lugar a salvo de la hecatombe. 

Cuanto más escucho la radio y mas noticias como estas llegan a mi conocimiento, mayor es mi desánimo.

No veo una solución a este desastre ni tampoco podemos abandonar la casa. 
¿Que hacer?, me pregunto una y otra vez, aunque no deseo traslucir o llevar mis inquietudes a mi esposa, Gloria o el crío.

Lo que tenga que suceder sucederá, ¿para que inquietarles o meterles el miedo en el cuerpo?. No le veo objeto, así que callo y disimulo.

A Gatufo no puedo llevarle el desaliento, aunque el pobre minino está triste cuando a mi me percibe triste y preocupado.
Nada de lo relativo a mi o a la situación le pasa desapercibido a mi gato, y el no está tan juguetón como acostumbraba antes.


No podemos casi respirar, a penas entra aire sano en nuestros pulmones.

Según van pasando los días la atmósfera que rodea los territorios sin árboles ha ido perdiendo el oxigeno y las muertes de seres vivos debilitados o enfermos se han multiplicado hasta límites insospechados.

Sin apenas electricidad la televisión casi no emite, sólo se leen manifiestos del gabinete de crisis en Bruselas, en el que tratan de tranquilizar a la población con comunicados absurdos pidiendo calma pues todo se va a  arreglar próximamente.
Ni ellos se creen semejante cosa, no hay esperanza cuando el aire que respiramos se agota.

La extinción no va a ser por hambre, por guerras, porque se apaga el sol, o por una multitud de explosiones nucleares.
El final de los seres vivos sobre la tierra será por falta de arbolado.
Según dicen los expertos, un virus desconocido y fulminante ha atacado a toda la floresta mundial, solo los territorios cercanos al polo Sur o Norte se han librado de la catástrofe.
Tierras como Canadá, Finlandia, Rusia o Noruega se han librado de perder sus bosques.
Algo parecido ocurre en el sur de Argentina y Chile, que se sepa.
Quizás por el frió en esas latitudes el virus se ha detenido, y son los árboles de aquellas zonas los que generan el poco oxígeno que nos va quedando para respirar.


No da para todos, los árboles generan menos de lo que consumen los seres vivos y será necesario una masacre generalizada de miles de millones de seres para que se equilibre la ecuación.

¿Cuantos seres vivos será necesario que mueran para equilibrar la balanza?. Nadie lo sabe, es posible que solo uno de cada cien, o mil, pueda sobrevivir.

El ejército ha hecho acopio de todos los tanques de oxígeno que había en los hospitales y las industrias.
Se lo están proporcionando a los niños y personas que piensan serán necesarios para que nuestra especie sobreviva a la debacle.

Pero yo me pregunto, ¿quien decide a quien y por que?. Nada sabemos sobre esa cuestión, solo nos resta esperar y cesar por completo en nuestra actividad para consumir el menos oxigeno posible.

Nos estamos asfixiando sin remedio, solo es cuestión de tiempo, y la desesperanza o el abatimiento hace mella en toda la especie humana.

En casa nuestro desánimo no puede ser disimulado. El pequeño lloriquea de continuo, tose durante casi todo el día y parece una criatura asmática cuando antes nunca lo había sido.
Su madre, está desesperada y nos comenta que está dispuesta a marcharse hacia el Norte para que su hijo mejore. 
Yo trato de desanimarla porque creo que tienen muy pocas posibilidades de llegar con vida, pero no tengo argumentos para que desista, pues aquí ¿a que puede esperar?. 
¿A que mueran millones de seres para que la atmósfera sea respirable para los supervivientes?.

No tiene sentido cuando ya su hijo tiene síntomas de agotamiento absoluto y el asma está haciendo presa en sus pulmones.

Por la edad quizás mi esposa y yo mismo necesitamos menos oxígeno, nuestros pulmones no tienen ya la capacidad de un joven y nuestros desgastados cuerpos no necesitan tanto consumo del aire vital para sobrevivir. 

¿Sigues pensando en marcharos?, le pregunto a ella.

Si, no tengo mas remedio. No puedo presenciar inactiva como la vida va abandonando a mi hijo, debo de hacer algo, lo que sea. 
Aunque nos cueste a ambos la vida quiero intentarlo.

No puedo decirte nada que te consuele, tampoco creo que permaneciendo aquí puedas esperar sobrevivir.

Si mi esposa pudiera andar y fuéramos algo mas jóvenes nos iríamos con vosotros, así, tal y como estamos no podemos acompañarte.

Lo entiendo, y no te preocupes de nosotros, tenemos posibilidades si salimos pronto, antes de que la desbandada sea general y millones de personas comiencen a moverse hacia el norte de Europa o Rusia. 
Es posible que tengamos que andar miles de kilómetros o encontremos algún medio vivo de transporte que pueda ir sorteando los obstáculos.

Veré que puedo hacer para facilitaros tan largo viaje. Voy a contactar con alguno de mis amigos jóvenes a ver si puede alguno irse contigo. Habrá que buscar algún caballo o mula que pueda hacer el camino con vosotros. 

Será muy difícil de encontrar, y costará muchísimo dinero me comenta.

Es igual, en unos días el dinero no tendrá ningún valor suponiendo que ahora valga ya algo, cosa que dudo, habrá que pagar con oro o joyas, supongo.

No tienes por que hacerlo, ya nos apañaremos.

Quiero hacerlo,  y haré los posibles para que lleguéis a un lugar donde podáis  sobrevivir. 


Gracias, gracias, no podremos nunca olvidaros. Si mi hijo y yo misma sobrevivimos será gracias a vuestra ayuda.



continuará....

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