MEJOR TARDE QUE NUNCA

(Va por ti Alberto, maestro y amigo)

Es un refrán castellano muy apropiado para mi hoy pues podría haber empezado a estudiar "solfeo" muchos años antes, y quien dice tal puede  añadir "aprender piano" treinta, cuarenta o cincuenta años antes.

Lo estoy haciendo ahora, tarde, muy tarde en realidad, y que?. Pues esa
es la cuestión, que tarde mejor que nunca y teniendo este sabio dicho del refranero español me siento semi satisfecho.

¿Mi intención?. Aprender piano, tocar en algún momento, y seguir tocando el piano hasta que físicamente no pueda seguir.
¿Motivo?. Vocación muy tardía.

Y es que me gusta, por fín encuentro algo que realmente me gusta, disfruto haciéndolo y hubiera dedicado años de mi vida a conocer los intríngulis de una profesión como esta.

Haber disfrutado con mi trabajo es quizas la segunda mejor cosa que hubiera podido ocurrirme, y no ocurrió.

La primera mejor cosa si la conseguí, y está muy claro para mi que así es pues encontré la persona que me ha hecho feliz  durante toda una vida, mi amiga, mi compañera, mi amante, la madre de mis hijas, es decir mi esposa Cuca.

Pedir dos cosas de ese calibre es demasiada ambición, pues una profesión que te llene, en la que disfrutes y una compañera a la que ames durante toda tu vida es realmente casi imposible de lograr.

Pero no puedo dejar de reconocer que para algunas cosas, las que realmente importan, soy ambicioso y está claro para mi que los fundamentos de toda una vida podrían ser tres, cuatro o a lo sumo cinco aspiraciones básicas.
Un trabajo vocacional, un amor para siempre, unos amigos fieles, suficiente para vivir y a veces, no siempre, una familia que te de alientos para seguir viviendo cuando desfalleces. 
 

Y desfalleces aún teniendolo casi todo, lo se por mis propias vivencias, y esa familia por la que trabajas, madrugas, luchas, aguantas, te da la fuerza suficiente para seguir viviendo, mal, bien, o fatal, pero sigues.

En mi caso he tenido la gran suerte hoy de encontrar un "músico vocacional" que enseña. Alberto es una joya como persona y como profesor de música. Tiene paciencia, enseña lo fundamental con amor, aníma cuando progresas y hace suyo tu progreso. Eso hace que estudies mas, quieres que el se sienta también a gusto con su enseñanza. Y tiene la gran virtud del "entusiasmo" que sabe transmitir si está abierto a aprender.

Gracias Alberto, eres un tio majo que no tienes ningún inconveniente en compartir tus conocimientos tan duramente aprendidos.
Te admiro y te estoy profundamente agradecido, has sabido despertar en mi el gusanillo dormido de querer aprender piano y lo que es mejor "disfrutar haciéndolo" hasta el punto de desear hacerlo por años y años.

Mañana estaré de viaje, voy a Amsterdam, pero echaré de menos tener mi pequeño teclado a mano para seguir practicando y aprendiendo.  Un hecho así nunca lo hubiera imaginado.



el gatufo