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Mi mas oculto deseo fue siempre ser escritor y aprender varios idiomas. He llegado a defenderme bien en Ingles y chapurrear algo de Frances. El cine y la fotografia me fascinan. La música, de todo tipo, ha sido siempre mi relax. La amistad la valora mas que a nada en la vida.

domingo, 6 de julio de 2014

NICE TO BE OR NOT GRANDFATHER




Recently reflected on the fact of being or not being a grandfather having been, of course, previously father. 

Well, keeping with the theme in my head I have come to the conclusion that I am not and I don´t like to be.


Many will wonder who this guy says that neither wanted to be, it is not easy to explain and I have given a lot of thought into my coconut. 

Moments are, brief, I envy grandparents.  

Creatures of months or a few years are lovely. We move to the deepest tenderness and sublimate our most intimate feelings of protection and love for them. Who will not envy the feeling love for such small and fragile beings that you tend small arms and ask sweetheart buzzing. 

Soon get her little hand and can walk with them, and the best call you grandpa, abu, yayo or even if you're just a giant grandfather beside them.

Pleasure is huge every time a person sees his young grandchildren. The tenderness, time, dedication that sometimes could not be taken with children is for the grandson or granddaughter. 

So at least it was years ago, but are now changing customs and more than "grandchildren" have become " children "if children who care for, feed, watch, watch, and bring to school or daycare every day when they begin to no longer be infants.  

During two or three years have raised them at home as a second version of children grandfather or grandmother is not, it returns to being a parent, with hot flashes, trouble, fear, work, disappointments and all the delights that previously provided the first children. 


But those if we could educate them according to their / our criteria, the second children-grandchildren not even that, because WE ARE THEIR PARENTS, and if they are, children, sons or daughters are responsible to remember again and again. 

Sorry, we are only the lack of freedom which is re- raise children, or work, or money, is simply being parents and not simultaneously. 
entire job, new grandparents, like their parents, but the judgment or decision of how to educate their part is NOT suck. 

Nor is there any appreciation, contrary have to feel happy and grateful to be USEFUL, and enjoy the companionship and love of grandchildren at the expense of labor, lack of freedom, poor sleep and sometimes expensive. 

I have seen and heard bitter complaints from some grandparents that I know that SI much love their grandchildren practically raised them, but deep, deep down ARE SICK and tired of repeating the story of raising a few seconds children which soon lost sight of and which are NOT imply any right to review or make a educational rules. 

With everything exposed, and that callus prudence, repeat, 
"I am not grandfather" or desire to be. 

's hard to say something like, sure I lose something nice and great it makes us feel better, stand and endure the looks of pity other grandparents throwing me so sad for the failure to be a grandfather like them, but sometimes, in the background, I envy not address the responsibilities, lack of freedom and work to suffer them. 

I think society, government, advertising, media abuse praising "the great work being done by grandparents" but do little to THEM. 

Fine words, that good they are, they work so necessary do, and little else. 

When these same grandparents look alone, cornered in their homes or in a nursing home, and neither the grandchildren or the children to go to see 
the old , the elderly who looked after them and helped them when it was necessary, who will remember the thousands of hours spent doing work that was not for them, the love they showed towards small, now people "never have time" going to see them, to give them love, give back a little of the love received, and then everyone that?. 

What people say about them, government, consumer and inhumane society in which we live, and finally the children and grandchildren to looked after and are too busy to care for their elderly or dedicate some time of your time to give them company and affection. 


They work as useful and necessary grandfathers do, replacing the parents, and little appreciation are then when they need the love of those who cared and recognition of that hypocrite Society praising them when they are USEFUL. 


then die alone, thousands of them in their homes without anyone will worry the least. 

Clearly it is my opinion based on what I've seen and I see constantly and repeatedly. 








gatufo 


(which has no grandchildren or inclination, but he has a cat who adores him)

BUENO SER ABUELO? O NO TANTO ?





Hace poco reflexionaba sobre el hecho de ser o no ser abuelo habiendo sido, como es lógico, previamente padre.

Pues bien, siguiendo con el tema dentro de mi cabeza he llegado a la conclusión de que ni lo soy ni tengo ganas de serlo.


Muchos se preguntarán por que dice este sujeto que ni ganas de serlo, no es fácil de explicar y le he dado muchas vueltas dentro de mi coco.

Hay momentos, breves, que  envidio a los abuelos. 

Las criaturas de meses o de pocos años son encantadoras. 
Nos mueven a la mas profunda ternura y subliman nuestros mas íntimos sentimientos de protección y amor hacia ellos. 
Quien no va a envidiar el sentir amor por esos seres tan pequeños y frágiles que te tienden los pequeños brazos y piden cariño a tope.

Al poco tiempo te dan su manita y puedes pasear con ellos, y lo mejor te llaman abuelo, abu, yayo, o simplemente abuelito aunque seas un gigante al lado de ellos.


El placer es enorme cada vez que una persona ve a sus nietos pequeños. La ternura, el tiempo, la dedicación que a veces no se pudo tener con los hijos es para el nieto o la nieta.

Así era hace años al menos, pero ahora están cambiando las costumbres y mas que "nietos" se vuelve a tener "hijos", si hijos a los que cuidar, alimentar, velar, vigilar, y llevar al cole o la guardería día tras día cuando empiezan a no ser ya bebés. 

Durante dos o tres años los han criado en casa como una segunda versión de hijos, no se es abuelo o abuela, se vuelve a ser padre o madre, con los sofocos, apuros, temores, trabajos, sinsabores y todas las delicias que previamente proporcionaron los hijos auténticos.

Pero a los hijos si pudimos educarles según nuestro criterio, a los segundos hijos-nietos ni tan siquiera eso, por que no somos sus padres, y los que si lo son, hijos, yernos o nueras se encargan de recordarlo una y otra vez.

No es solo la falta de libertad que supone volver a criar hijos, ni el trabajo, ni el dinero, es simplemente el ser y no ser padres de ellos simultaneamente.
Se chupan todo el trabajo, los nuevos abuelos, como si fueran sus padres pero el criterio o la decisión de como educar NO les corresponde
a ellos.

Ni se les ocurra sugerirlo pues se lo pueden recordar de no muy buenos modos.

Tampoco hay ningún tipo de agradecimiento, al contrario se tienen que sentir contentos y agradecidos de ser útiles, y poder disfrutar de la compañía y el cariño de los nietos a costa del trabajo, la falta de libertad, de sueño y a veces las malas caras.

He visto y escuchado amargas quejas de algunos abuelos a los que conozco, que si quieren mucho a sus nietos que prácticamente crían de ellos, pero en el fondo, muy en el fondo están hartos, cansados de repetir la historia de criar unos segundos hijos a los que muy pronto perderán de vista y sobre los que no se les atribuye ningún derecho a opinar o marcar unas reglas educativas.

Con todo lo expuesto, y más que callo por prudencia, repito que
"no soy abuelo"  ni ganas de serlo.

Es duro de afirmar algo parecido, seguro que me pierdo algo bonito y grandioso que nos hace sentir mejores, soporto y soportaré las miradas de pena que me lanzan otros abuelos por el hecho tan triste de no ser abuelo como ellos, pero se que algunas veces, en el fondo, me envidian por no afrontar las responsabilidades, falta de libertad y trabajo que sufren ellos.

Pienso que la sociedad, el gobierno, la publicidad, los medios abusan alabando "la gran labor que desarrollan los abuelos" pero que poco hacen por ellos. 

Bonitas palabras, que buenos son, que labor tan necesaria hacen, bla bla bla y poco más.

Cuando estos mismos abuelos se vean solos, arrinconados en sus casas, o en un asilo, y ni los nietos ni los hijos vayan a ver a los viejos, a los ancianos que les cuidaron y les ayudaron cuando hizo falta, quien va a recordar las miles de horas que gastaron haciendo una labor que no les correspondía, del cariño que demostraron hacia los pequeños, ahora mayores "que nunca tienen tiempo" de ir a verlos, de darles cariño, de devolver un poquito del amor recibido, y entonce que?.

Que dicen de ellos, el gobierno, la sociedad consumista e inhumana en la que vivimos, y finalmente los hijos y nietos a los que cuidaron y que están muy ocupados para cuidar a sus mayores o dedicarles algún rato de su tiempo en darles compañía y cariño.

Que labor tan útil y necesaria hacen los abuelos, sustituyendo a los padres, y que poco agradecimiento reciben luego cuando más necesitan del cariño de los que cuidaron y el reconocimiento de esa Sociedad Hipócrita que les alaba cuando son útiles.

Luego, se mueren solos, miles de ellos en sus casas sin que a nadie le preocupe los más mínimo.

Las cifras no mienten, solo hay que consultar internet y leer los miles de ancianos que aparecen muertos sin que nadie se haya apercibido de ello, patético, triste e inhumano.

Está claro que es mi opinión en base a lo que he visto y veo constante y repetidamente.











el gatufo   (que no tiene nietos ni ganas, pero si un gato que le                    adora)






miércoles, 2 de julio de 2014

UNA PLAGA UN NAUGRAGIO



Corre el año 1921, la Primera Guerra Mundial y la mal llamada "Gripe Española" han causado millones de muertos en todo el mundo.


La mayor plaga que se recuerda en el mundo sucedió durante el año 1918 en plena Guerra Mundial. 


Pudo comenzar en Inglaterra o Francia, y muy poco después la mayoría de los países en liza padecían los estragos del virus, el horror de la guerra era tan grande que se silenciaron las miles, millones, de muertes que la gripe causaba en pocas semanas.


España era un país neutral y la enfermedad se extendió con gran velocidad a todos los rincones de la nación. La prensa, no censurada por la guerra, se hizo eco del desastre enorme que la gripe causaba sobre todo en niños, jóvenes y personas adultas sanas. 

Tal cumulo de noticias sobre los efectos del virus gripal hicieron que la pandemia comenzara a llamarse "Gripe Española" cuando en realidad no era España el lugar donde comenzó la terrorífica plaga.

La tragedia pasó por Gayangos sin dejar bajas en la familia de José y Manuela. 

Cuatro hijos seguían bajo su tutela y los dos varones tenían idea de no permanecer en el pueblo, con lo que prácticamente se quedarían sin brazos que trabajaran las fincas, ni recursos suficientes para subsistir el resto de la familia.

De las dos hijas restantes, la mayor María, pensaba también en marcharse a la Argentina con sus hermanos, en busca de una mejor vida que en la pequeña aldea Burgalesa.


Para su padre José no era una buena idea que su hija predilecta María se embarcara rumbo a las Américas, demasiados hijos habían tenido que abandonar el hogar para que otra más tuviera que hacer lo mismo. 

No obstante, en Diciembre del año 1920 acompaña a su hija hasta el puerto de Bilbao y la ve partir en el barco Santa Isabel que haciendo escala en Cadiz, transbordaria a todos sus pasajeros a un transatlántico con rumbo a Buenos Aires. 


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El 'Titanic' de Sálvora

La Ría de Arousa conmemora el 90º aniversario del naufragio del 'Santa Isabel'

Santiago 

Aunque la fama de peligrosa se la lleve la Costa da Morte, uno de los naufragios más recordados del litoral gallego tuvo lugar algo más al sur, en la bocana de la Ría de Arousa. En 1921, el buque Santa Isabel, un vapor correo, se fue a pique a poco más de 100 metros de la isla de Sálvora, todavía habitada. El valor de los vecinos de la isla que Cabanillas elevó a tierra sagrada quedó grabado a fuego en la memoria de la comarca del Barbanza. Este año se cumple el 90º aniversario del hundimiento, y Xosé María Fernández Pazos sacará la segunda edición del libro sobre la tragedia que publicó en el 1998, Sálvora: Memoria dun Naufraxio. Se trata de una edición actualizada con nuevas fotografías que estará en las librerías en unos días.
Los vecinos de la isla recibieron varios homenajes tras el naufragio
Se reabrió un antiguo cementerio para dar sepultura a los fallecidos
A la 1.50 de la madrugada el barco encalló en unas rocas próximas a Sálvora y se fue a pique. Los vecinos de la isla, y muy especialmente tres jóvenes que luego se convertirían en heroínas, prestaron auxilio a los viajeros y lograron salvar a unas 56 personas. La hazaña les valió varias medallas al mérito así como el reconocimiento de Muy noble, muy leal y muy hospitalaria a la villa de Ribeira, concedido por el rey Alfonso XII.
El buque había pasado por varios puertos del Cantábrico recogiendo emigrantes que se dirigían a América. Su destino era Cádiz, de donde partían barcos más grandes hacia el otro lado del Atlántico. Era la madrugada del 2 de enero del recién estrenado 1921, cuando el Santa Isabel chocó contra las rocas al intentar maniobrar para acceder a la Ría de Arousa. En los bajos de la embarcación se abrieron varias brechas y en poco tiempo el Santa Isabeldesapareció bajo el agua. Aunque desde el buque intentaron pedir auxilio por radio, fue imposible que en tierra comprendiesen lo que intentaban transmitir. Se qudaron sin electricidad y fue imposible enviar un mensaje pidiendo auxilio. "Estamos encima de las rocas de Sál...". Ese fue el último mensaje que emitió por radio el Santa Isabel. Los telegrafistas de Finisterre Radio no se imaginaron lo que estaba sucediendo y no pudieron avisar para poner en marcha un equipo de salvamento.
Fue el farero de la isla quien escuchó los gritos de los que viajaban en el buque. Cuando se dio cuenta de lo que estaba ocurriendo corrió hasta las casas, a dos kilómetros del faro, para avisar a los vecinos. De Sálvora partieron tres embarcaciones; una hacia Ribeira para avisar del naufragio, y las otras dos se dirigieron al lugar donde se hundía el Santa Isabel para rescatar a los supervivientes. Aunque los héroes acostumbren a ser hombres, en Sálvora hubo tres mujeres que desde esa noche formarían parte del entramado mítico que subyace tras el imaginario social gallego. Cipriana Oujo, de 25 años; Josefa Parada, de 16; y María Fernández, de 14, tripulaban una de las dos embarcaciones que se enfrentaron al oleaje para rescatar supervivientes del naufragio. Fernández Pazos calcula que tras realizar varios viajes, estas tres jóvenes rescataron a entre 15 y 20 personas. Aun así, 213 personas, entre pasajeros y tripulantes, fallecieron en el Santa Isabel. No se recuperaron los cuerpos de todas las víctimas. El Ayuntamiento de Ribeira tuvo que reabrir un antiguo cementerio para dar cabida a los muertos en el naufragio.
El segundo oficial del Santa Isabel, el ferrolano Luis Cebreiro, también quedó en la memoria de la comarca por salvar vidas aquella noche. Retuvo a varios botes salvavidas hasta que amaneció, lo que permitió que con la luz del día fuese más fácil evitar las rocas. Además, se negó a subir en un bote porque era muy corpulento -lo llamaban El Toneladas- y temía hundirlo. Nadó durante dos horas hasta Sálvora agarrado a una de las embarcaciones. Cebreiro resultó ser el marinero más condecorado de la historia. "No sé si era gafe o si fue casualidad que estuviera presente en muchos naufragios", cuenta Fernández. Las tres mujeres recibieron la Cruz de Tercera Clase con Distintivo Negro y Blanco del Consejo de Estado. Una cuarta también fue premiada por su trabajo en tierra, Cipriana Crujeiras, que ofreció a los náufragos rescatados comida y ropa seca. Varias ciudades como Vigo o Vilagarcía homenajearon a las jóvenes.
Pero también hubo una leyenda negra que acusaba a los vecinos de Sálvora de haberse quedado con las pertenencias de las víctimas. De las tres heroínas poco más se supo y se dice que evitaban hablar de lo que había sucedido aquella noche. De hecho, Fernández Pazos explica que en el Ayuntamiento de Ribeira apenas hay documentación sobre el naufragio. "Los vecinos decidieron correr un tupido velo ante los rumores que los acusaban de raqueiros", explica. A pesar de que el rumor se mantuvo, el autor del libro pudo constatar que esto no fue cierto tras revisar una carpeta con documentación que guardaba el segundo oficial del Santa Isabel, Luis Cebreiro.

domingo, 29 de junio de 2014

DEMASIADAS BOCAS PARA ALIMENTAR










A Jose Perdiz no le gustaba trabajar la tierra, ni cuidar de los animales, ni tan siquiera recoger la fruta en los huertos.

El era un artista, un cantero, que disfrutaba trabajando la piedra y creando en su imaginación figuras de santos, angeles, reyes o demonios. Tambien escudos, arcos para las iglesias, o blasones para las fachadas de las grandes casonas.

Trabajaba la piedra, no los campos, y el contacto con los aldeanos labradores en la taberna tampoco era de su agrado.
Procuraba estar fuera de su casa cuanto más tiempo mejor y por ello buscaba sus trabajos de cantero en recónditos lugares de la geografía del norte de Burgos, o en las provincias cercanas de Vizcaya o Alava.





Por el contrario Manuela era una labradora de pura cepa. Lo llevaba en la sangre de sus antepasados.
Amaba las tierras heredadas de la familia, cuidaba del ganado, sembraba la mies, acompañaba a los segadores en verano, manejaba el trillo en la era y engordaba los cerdos para la matanza del invierno.
Era una mujer fuerte y dura como las peñas que rodeaban su aldea. 
Ahorraba lo más posible para agrandar sus tierras y trabajaba de sol a sol además de parir hijos durante casi veinte años en sintonia con las estancias de su marido en la casa.


Doce hijos fueron naciendo a lo largo de los años, demasiadas
bocas que alimentar para tan poca hacienda, no había pan para todos y muy pronto las chicas mayores se vieron en la necesidad de emigrar a La Argentina para abrir su futuro incierto en aquella tierras.

Cinco hembras y un varón se vieron abocados a emigrar y tomar pasaje en un trasatlantico que partía de Bilbao o Santander y hacer una larga travesía hasta la ciudad de Buenos Aires donde les esperaban familiares primero y luego las sucesivas hermanas que se habían establecido previamente en la gran ciudad Bonaerense, capial de La Argentina.



Angela, Emilia, Nieves, Felicitas y uno de los varones, Paco, tuvieron que emigrar de su casa igual que hacían multitud de mozos y mozas de las localidades cercanas.

Francisco, Paco familiarmente llamado,  era necesario para trabajar las tierras, nunca hubiera emigrado si no hubiera tenido que salir huyendo de su casa como desertor por no ser enrolado como recluta en el ejercito Español destacado en las guerras del norte de África.
Las bajas de reclutas en aquel ejercito eran numerosas, nadie quería ser destinado a aquellas tierras Africanas,  y lo que es peor se compraban con grandes sumas la exención de tener que acudir a filas, ocupando otros el puesto de los soldados exentos por dinero de acudir a la llamada del ejercito destacado en las escaramuzas Africanas.

Paco fué uno de los desgraciados llamados a ocupar el puesto de un rico del lugar, cuyo padre había pagado una gran suma para librar a su hijo del servicio militar en Africa.
Enterados de ello y con el mayor sigilo, sin despedirse de nadie en el pueblo o la familia, José y Manuela mandaron a su hijo a la Argentina con sus hermanas, sabiendo que nunca más llegarían a volver a verle.

La tristeza de esos padres y de su hijo se vio compensada por la satisfacción de salvar probablemente su vida.
Ahorrando lo mas posible y con gran pena embarcaron al hijo para siempre en uno de los grandes barcos que partían hacia las Américas.

Seis hijos habían partido ya para Argentina, ninguno salvo Nieves volverían a ver a sus padres, que triste cometido traer hijos al mundo para verlos partir sin esperanzas de regreso.

En la casa familiar permanecían cuatro de los onece hijos que vivos vinieron al mundo, una de las hijas mayores, Isabel se había casado con Goito, un mozo del pueblo con el que muy pronto tendría su primer hijo, Jose María, nieto de Jose y Manuela.

De los cuatro hijos restantes una de la hijas también decidió irse a America con sus hermanos, en el pueblo de Gayangos no veía futuro para su vida así que partió a uno de los puertos del Norte, Santander o Bilbao e inmediatamente embarcó rumbo a la Argentina, a la que nunca llegaria pues desgraciadamente el barco naufragó cercano a las costas Gallegas, pero esto es otra historia a relatar en otro momento.




Nos situamos por tanto en que de una familia de trece miembros solo nos quedan ya cinco en la casa, tres hijos, Pepe, Jesús y Paquita, sus padres José y Manuela y otra hija en una casa cercana de la aldea casada ya con Goito y con el primer nieto nacido para esta pareja de abuelos Manuela Gomez y José Perdiz.






Paquita es la menor de los once hijos nacidos vivos de esta dispar pareja formada por una labradora burgalesa y un cantero gallego que no tienen nada en común, solo amor, una casa y muchos hijos.



el gatufo






MERINDADES DE CASTILLA





Las Merindades ocupan un tercio de la provincia de Burgos, situadas al norte es una región histórica de Castilla la Vieja.

Sus limites geograficos están delimitados por la comunidad de Cantabria, la provincia de Vizcaya al noroeste y al este la provincia de Alava. 

En la Alta Edad Media la comarca se suma a la reconquista iniciada por Don Pelayo en Asturias.


La primera vez que se pronuncia la palabra CASTILLA aparece escrito en un documento fundacional del Monasterio de Taranco, enclavado en el Valle de Mena, y surge para referirse a un conjunto de territorios situados al norte del rio Ebro y que da origen a Castilla por la abundancia de baluarters defensivos llamados posteriormente castillos.

En el siglo XFernán González organiza la region y crea las Merindades como entidad político-administrativa. 
A principios del siglo XI se crea la primera Guardia de los entonces Condes de Castilla y posteriormente los Reyes de España, que se mantendrá hasta la actualidad, los Monteros de Espinosa, con la peculiaridad de que debían ser naturales de la villa de Espinosa de los Monteros
El siglo XI es el de mayor esplendor para el monasterio de San Salvador de Oña, al convertirse en el primer panteón real de Castilla. 
En el siglo XVI, el Doctor Mendizábal, por orden de Felipe II, otorga a Villarcayo el título de capital de las Merindades, con el propósito de que la ciudad del Condestable, Medina de Pomar, reduzca su poder. 
Durante la conquista de las nuevas tierras de America destacó Juan de Salazar y Espinosa, natural de Espinosa de los Monteros, junto a muchos otros nobles desplazados a las Americas  en busca de fortuna, y a su retorno levantaron impresionantes casonas como símbolo de su éxito, es decir, los indianos. 
Casi la mitad de la población de las Merindades fue emigrando hacia el Gran Bilbao en los años 50, 60 y 70.
Fue hacia el año 1865 cuando Manuela Gomez ve la luz por primera vez en una aldea próxima a Villacaryo de nombre Gayangos.
La comarca de Las Merindades está compuesta por más de 360 núcleos de población agrupados en 27 municipios y contaba en el pasado siglo con una población total de unos 24.500 habitantes.

Manuela era una más de muchos hermanos que fueron naciendo en la frías tierras  arriba mencionadas.

Se distinguía por su belleza de cuerpo y alma pues si hubo una mujer entregada a los demás, a los más pobres y desfavorecidos esa fue ella.
Ofrecía frecuentemente refugio en su propia casa a los trashumantes vagabundos o quincalleros que recorrían la región pasando hambre y frio en la heladas noches de invierno.


La joven Manuela posó sus ojos y abrió su corazón a uno de los artistas trashumantes que procedente de las norteñas tierras Gallegas dedicaba su arte a esculpir en piedra los blasones de los antiguos señores castellanos.


Habiendo nacido en una región cuna de antiguos canteros Celtas, Covelo de Antas (Pontevedra), José recorria las tierras del norte de Burgos, trabajando la piedra y creando figuras de santos o angelotes para las iglesias, cruces y lápidas para los cementerios.


Jose tambien creaba escudos de armas y blasones añejos para los indianos que se construían grandes casonas y querian rememorar las pasadas glorias de sus viejas familias castellanas. 


Mucho encanto debía tener Manuela para que el artista viajero decidiera contraer matrimonio con ella.


A el no le gustaban las faenas del campo propias a la región, viajaba y seguía realizando su trabajo de "cantero" allí donde se lo demandaran.


Entre viaje y viaje a las distintas villas de la comarca, fueron naciendo hijos, pareciendo que su vida se asemejara más a la de un marino que visita su casa de año en año.


Cada visita un hijo, y así fueron naciendo hasta doce retoños del matrimonio formado por Jose Perdiz, cantero, natural de Covelo (Pontevedra) y Manuela Gomez, labradora, natural de Gayangos, Villarcayo, Meridad de Castilla la Vieja (Burgos).



 

el gatufo

sábado, 28 de junio de 2014

AÑOS TREINTA







Para un muchacho de pueblo la oportunidad de entrar de botones en un gran hotel en la capital de la provincia era un sueño que se hizo realidad en poco tiempo.

El joven gracias a los contactos de su hermana mayor Dionisia logró que le admitieran en uno de los mejores hoteles de entonces, y feliz como puede estar un muchacho salido de su aldea disfrutó enormemente aquellos años de libertad y amor a la vida.

Eran famoso los veranos que pasaba el rey Alfonso XIII en Santander, el viaje suponía varias jornadas y frecuentemente los monarcas pernoctaban en el hotel de Burgos donde trabajaba el muchacho como botones. 
Que gran honor para el ayudar con el equipaje de los reyes, acercarse a ellos y mirar con cara de asombro al Rey y la Reina


Para el chaval la Reina Victoria Eugenia era como una diosa, admiraba profundamente se porte, sus joyas, y su belleza. El rey en cambio no le caía demasiado bien, le parecía orgulloso, altanero y bastante antipático.
Doña Victoria  por entonces era una persona infeliz, era sabido que el Rey Alfonso XIII la engañaba con unas y con otras, y eso a la esposa le entristecía profundamente.

Pasada la etapa de muchacho abandonó el puesto de botones y Emiliano fue asignado a la cocina como aprendiz o pinche para ayudar en todos los menesteres, trabajo que le hizo absolutamente feliz pues su ilusión era aprender el oficio de cocinero.

En ello estaba, aprendiendo a cocinar y tonteando con las camareras que atendían a los huéspedes del hotel cuando le surgió ir a la boda de un compañero que se casaba en una aldea del norte de Burgos.

Al asignarle como representante de los empleados del hotel el permiso estaba garantizado, iba a representar a todos los compañeros del inminente esposo.

Lejos estaba este joven de imaginar que este viaje marcaría su vida para siempre.

Casualidad o destino, nadie lo sabe, pero el hecho fue que en el baile que se celebró para festejar la boda de los novios conoció a una linda muchacha con la que tuvo ocasión de bailar y charlar en varias ocasiones. 
El flechazo fue mutuo y una vez de regreso al hotel en Burgos, el joven empezó a cartearse con la chica que había conocido en la boda de su amigo.  
Ochenta kilómetros separaban a la pareja, pero no fue obstáculo para que la relación se fuera consolidando y el joven aprovechaba cualquier permiso para tomar el autobús que unía Burgos capital con Gayangos, el pueblo donde vivía Paquita, su novia.

Cuando llegaba al lugar no era bien recibido por los mozos solteros de la localidad. Paquita estaba muy solicitada y no les hacía ninguna gracia que un mozo forastero fuera a visitar a una de las suyas. Milagro fue que alguna vez no fuera a parar al pilón del pueblo, pues ganas no les faltaban a los mozos casaderos que pretendían a la joven belleza.

Y a eso se exponía el joven, a ser manteado, molido a palos, o ser sumergido en las frías aguas del pilón del pueblo cuando se arriesgaba a visita a su novia Paquita.

Que salvó a Emiliano de ser tratado de esta manera?.

No nos sería difícil de imaginar si su supiéramos que la moza tenía un hermano Guardia de Asalto que velaba constantemente por ella y por la madre de ambos.
Sabiendo esto los muchachos del pueblo se cuidaban muy bien de agredir o gastar bromas pesadas al forastero que la visitaba con intenciones casaderas, pues con el hermano de ella pocas bromas.

El temor de todos los jóvenes de aquella época era siempre el mismo. Llegados a los veinte años les tocaba sortear, y en ese sorteo de los quintos se decidía el lugar de España donde les tocaría realizar su servicio militar obligatorio con la patria. 
El temor era África, las zonas de Marruecos y el desierto del Sahara que España poseía como colonias. Las escaramuzas en aquellas tierras costaban innumerables reclutas muertos que ya no regresarían jamás a sus lugares de origen. 
Y no había quien se librara si no era pagando grandes sumas de dinero al ministerio de la guerra, para que el servicio lo hiciera otro.


Había una gran mortandad entre los soldados destinados a la colonias Africanas, de forma que muchos jóvenes antes de ser destinados allí preferían ser prófugos de por vida y sigilosamente y sin contárselo a nadie que pudiera dar el soplo a la autoridad, marchaban hacia algún puerto del Cantábrico y emprendían la aventura de América sin esperanzas de poder retornar pues inmediatamente serian conducidos a prisión.

Padres que despedían a sus hijos, hijas, para siempre, sin ninguna esperanza de volver a verlos.

Así habían marchado algunos familiares de Emiliano y varias hermanas y un hermano de Paquita.
Paco se llamaba, prófugo e inmigrante por no ir destinado a la guerra en África, sin decir nada a nadie partió para la Argentina donde ya estaba establecida alguna de las hermanas mayores que podían recibirlo.



El joven Emiliano estaba enamorado y no estaba en su voluntad la opción de abandonar su país para hacer las Americas.

Sorteo su destino como recluta y con una suerte inmensa le tocó hacer su servicio militar en Madrid.

En enero de 1935 y con casi 21 años partió de Burgos rumbo a la capital de España a cumplir su servicio de armas y sería destinado al Cuartel de la Montaña, famoso enclave que pasaría a la historia por la gran carnicería que se originó en su toma a comienzos de la Guerra Civil Española.





  
el gatufo