VIVIR SIN VER TU CAMINAR

Dicen que la esperanza es lo último que se pierde.
No estoy de acuerdo pues pienso que lo último que perdemos es la vida.

Según mi criterio podemos perder la esperanza y seguir viviendo con ilusión, para mi el ejemplo me lo da Cuca, mi esposa, ella perdió la esperanza hace mucho tiempo pero sigue viviendo con la ilusión de hacer felices a los demás, a la nueva gente que conoce, a los de siempre, a los amigos, a la familia, y sobre todo a su marido que durante casi veinte años ha estado velando por ella, por su comodidad, su vivir cotidiano sin sobresaltos, cuidando los detalles y dándole mucho amor en cada una de sus decisionnes, respetando siempre el criterio de ella, de su amor.

El a veces con la vana esperanza de una cura que nunca han descubierto un tratamiento válido para la enfermedad  de "esclerosis multiples secundaria progresiva" que Cuca padece pero sin tristeza o amargura. El ejemplo cotidiano de ella es mas que suficiente para renovar las fuerzas de el y seguir cuidádola, en casa o ahora fuera de ella como ahora sucede.
Es igual, la atención no disminuye, el amor tampoco, aunque la esperaza hace mucho tiempo que se esfumó y quedó en nada.


(seis mil dias sin esperanzas)


Vivir sin ver tu caminar.
Al menos una vez incluso en sueños.
Nunca realidad sino vana esperanza.

Levantarme un dia y verte incorporada.
Sin ayuda tu sola y en pie caminas.
Nunca realidad sino vana agonia.

Sales a la calle y te coges de mi brazo.
Juntos paseamos y charlamos como antes.
Nuca realidad sino ilusión soñada. 

De que sirve desesperar ante la nada.
No hay solución en tu dolor ni en el mio.
Eso es realidad sin esperanza.

Pesar hecho propio cuando te veo.
Seis mil dias ya en tu paciencia.
Han sido pesar en tu increible alegria.

No hay solución solo esperar.
Declinar un día mas y otro a contar.
Un año, otro mas, hasta cuando.

Y nunca curarás ya amor mio.
Jamas te vere de nuevo caminar.
Aquello pasó y no era consciente.

De la alegria inmensa de verte.
correr de un lado para otro.
Gratuita confianza del que no sabe.

Que agazapada la enfermedad avanza.
Desprevenidos nos agarra para siempre.
Y nunca mas volvere a verte.

Caminando, corriendo, alborotando
Aquello acabó de repente.
Sin esperanza alguna de curarte.


Podemos vivir sin esperanza de curarnos, pero es necesaria la aceptación de lo evidente y nunca desesperar haciendo infelices a los que nos aman.
Cuca, mi esposa, jamás lo ha hecho, su sonrisa, su aceptación, su constante optimismo me han dádo el mejor ejemplo y la absoluta admiración por ella.

emiliano