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Mi mas oculto deseo fue siempre ser escritor y aprender varios idiomas. He llegado a defenderme bien en Ingles y chapurrear algo de Frances. El cine y la fotografia me fascinan. La música, de todo tipo, ha sido siempre mi relax. La amistad la valora mas que a nada en la vida.

miércoles, 20 de agosto de 2014

NO HAY CURA PARA EL AMOR








No, para el amor no hay cura posible que no sea el tiempo y la distancia. 
Eso debió de pensar Emiliano cuando inconscientemente puso distancia entre Maria José y el mismo.
Como y por que?.

No lo supo el, no lo ha sabido posteriormente e incluso ahora tampoco puede explicarlo racionalmente, pero el hecho ocurrió y podría haber sido definitivo si el destino no estuviera empeñado en unir a esta pareja.

Despues de algún que otro paseo de los cuatro amigos, de algunas confidencias o comentarios sobre música, libros o cine, Maria José y Emiliano no progresaron gran cosa en su relación.
Charlaban, charlaban, y silenciosamente Emiliano amaba ya a esta chica.

Ella delante con Jose Luís, el atrás con Jesus, esperaban el momento de relacionarse en el descanso, entre clase y clase, cuando tanto Jesus y Jose Luis abandonaban el aula para fumar un cigarrillo y charlar del último partido que hubieran visto en la tele.

Inadvertidamente Emiliano se estaba colando por ella, cada día más, y no se daba cuenta que su historia no tenía ningún final satisfactorio.

En que podía acabar una relación semejante?

Simplemente charlaban, el admiraba a ella, se sentían a gusto el uno con el otro y nada más, y así hasta cuando?.





Los finales suceden de la forma más inesperada, y esto fue lo que les sucedió a ellos.

Un día en el que ella se presentó en el aula sola, sin Jose Luis, la casualidad quiso que el profesor de cálculo, Sr. Sestafe, se retrasara sin que supieran el motivo. 

Maria José y Emiliano aprovecharon su tiempo de asueto, y que estaban ambos solos, para ponerse al día se sus respectivas vidas. 

Ella le contó que había tenido un accidente esquiando y había sufrido una fractura de la cabeza del fémur. 
Había pasado un año escayolada y sufrido al menos dos operaciones para reparar el daño en la cadera.

Lo había pasado muy mal y todavía se resentía con dolores cuando trataba de incorporarse tras estar horas sentada.

No me he dado cuenta, le dice Emiliano, no se te nota nada.

Fíjate bien y quizás veas una leve cojera pues no puedo doblar mi pierna correctamente, le comenta ella.

Y cuando te caíste, Maria José?

Hace año y medio mas o menos, llevo poco tiempo reincorporada al trabajo en el Banco, he estado un año de baja.

Tremendo, Maria José, me dejas muy impresionado.

En el fondo Emiliano estaba sufriendo con ella. Se imaginaba el accidente, y vivía su dolor ante semejante desgracia.

Un año inmóvil, escayolada de cintura para abajo, no lo podría soportar, le comenta el.

No sabes Emiliano lo que somos capaces de sufrir, y en mi caso el accidente me ha cambiado, me ha hecho mas adulta, me ha permitido reflexionar y pienso lo afortunados que somos en poder andar, manejar nuestras piernas, nuestras manos, ser libres para ir o venir donde deseamos, y todo esto lo he ido asimilando en días de inmovilidad e impotencia para valerme por mi misma.

He leído mucho, he escuchado infinidad de horas la radio, y sobre todo añoraba el sol, pasear, poder ir al aseo, en fin las labores cotidianas a las que no damos ninguna importancia cuando podemos desplazarnos libremente sin ataduras o incapacidades.

Y así, poniéndose al día de sus vidas, de sus inquietudes fue pasando parte de la hora dedicada a la clase de cálculo sin que el profesor apareciera por la academia.

Muchos alumnos se habían marchado, pero ellos permanecían en la clase como si nadie más existiera, embelesados ambos en su conversación.



continuará.....







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